Silhouette [2] ➳ Fred Weasley

iii. xv

❝I believed in you.❞

Las clases de Harry empezaron días después de que Neville descubriera un lugar, la mayor parte de hechizos que Harry trataba de enseñar Nina ya los conocía, lo que el de lentes usó a favor para que pudiera ayudar también, el número de personas que se reunieron complicaba el que estuviera pendiente de cada uno por lo que tenerla también supervisando el aprendizaje de otros fue un alivio para Potter.

Sin embargo, a medida que las clases avanzaba la sospecha de que un grupo llegó a los oídos de Umbridge, comenzando así la interrogación de varios estudiantes para llegar a dar con el grupo de estudiantes, incluso puso a vigilar a Filch, sin conseguir nada, llevándola a crear una brigada inquisitorial, de la que tanto George cómo Nina se burlaron.

Nina salió del salón de menesteres y caminó por los pasillos dispuesta a irse a la biblioteca a estudiar, faltaba poco para las vacaciones de Navidad y quería aprovechar ese tiempo que tenía, sus piernas siguieron su rumbo hasta detenerse en seco ante la escena frente a ella.

Los ojos de Ezra y Nina se encontraron luego de que la Slytherin dejara un beso en la comisura de los labios de él.

— No creí que te gustaran las serpientes. —exclamó Nina con una sonrisa que llegó a ser más una mueca— Creí en ti Ezra.

— Nina yo...

— Ya conozco esa excusa, ahórratela. —musitó a la vez que emprendió de nuevo su camino solo para detenerse otra vez cuando estuvo a su lado— De verdad empezaba a sentir algo por ti.

Ezra la observó alejarse, siendo la primera vez en mucho tiempo que no fuera detrás de ella. Nina giró en uno de los pasillos y se dejó caer al suelo para dejar salir las lágrimas, unos pequeños sollozos inundaron el vacío corredor llamando la atención del par de gemelos que iban discutiendo sobre sus productos.

Ambos reconocieron aquel peculiar sonido y desviaron su camino hasta poder estar cada uno a un costado de Nina, ella ante el sonido de pasos se limpió las lágrimas rápidamente y sonrió para no levantar sospechas de que algo sucedía, pero su estado no era uno común.

— ¿Cómo les fue con Harry? —preguntó con una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

— Nos dejó por Cho Chang. —respondió George.

— Pero eso no importa. —dijo Fred restándole importancia— ¿Por qué lloras? —los ojos aguados de Nina observaron a Fred y señaló a su cabeza, una excusa que ambos gemelos descubrieron usaba cuando no quería hablar.

— Bien, no nos digas, igual ni queríamos saber. —murmuró George luego de soltar un bufido exagerado que a Nina le sacó una sonrisa— Si sigues llorando vas a inundar el castillo.

— En lugar de vender bromas tendremos que vender botes. —apoyó Fred mientras ambos hacían una mímica de remar.

— ¿Puedo apartar uno? —preguntó.

— Los que quieras.

— La empresa es tuya.

Nina soltó una carcajada para luego recostar su cabeza en el hombro de George, el pelirrojo recostó su cabeza sobre la de ella mientras abría el maletín en sus piernas.

— Tenemos nuevos productos. —comentó— Por si te interesa.

Y a Nina le interesó completamente porque al día siguiente Ezra McGrath tenía todo su rostro lleno de granos, el mismo encanto que usaron semanas atrás con Filch.

─ ✦ ─

Los siguientes días Nina podía sentir como su corazón seguía doliendo, no mentía cuando dijo que empezaba a sentir cosas por Ezra, él fue un gran apoyo y luego simplemente rompió todas las promesas que hizo, se sintió traicionada, pero sobre todo decepcionada, confió en cada palabra que salió de su boca solo para luego ser rota por la misma persona que dijo querer repararla.

Ni siquiera podía verlo, ahora no sólo era Caitlin la que lloraba, también Nina lo hacía, dejando así a su otra compañera de habitación, Eva, a cargo de ser el hombro de lágrimas.

Ahora sólo les quedaba esperar que el dolor se fuera poco a poco, para una de ellas le resultaba ventajoso pues en su intento por evadir sus sentimientos se ofreció a ayudar a otras personas con sus estudios, llevándola así a estar aquel día en el salón de pociones.

Los ojos cafés de la joven bruja se concentraron en la llama que golpeaba el caldero, hace un par de minutos que se estaba sentado en el banquillo frente a este solo para contemplar como la mano de su compañero de casa movía lentamente la poción que estaba realizando antes de colocar su tapa y dejarla reposar por varios minutos.

El libro abierto de par en par decía Amortentia, Nina había leído varias veces acerca de aquella poción, sin contar como el año pasado recibió la clase a manos del mismo Snape, fue de las pocas pociones que logró hacer sin ningún problema, incluso cuando era la más complicada.

— Sé que fuiste la mejor con esta poción y por es recurrí a ti.

— Soy buena para ayudar y no te quitaré puntos si está mal. —sonrió Nina— Es tiempo.

— Bien, bien, estoy nervioso. —murmuró a la vez que la tapa se hacía a un lado dejando que el vapor rosado ascendiera, golpeando el rostro de Nina suavemente.

El aroma llegó a sus fosas nasales provocando que su mente recordara cada momento como si fuera una película, incluso después de un año el aroma seguía siendo el mismo de aquella vez; un dulce de regaliz, la naturaleza luego de una llovizna, madera, una suave colonia que solo percibió en una sola persona.

Un año pasó y todavía podía sentirse en casa cuando percibía el aroma de Fred Weasley en aquella poción.

La cabeza de Nina lentamente se alejó del caldero y sonrió dándole el visto bueno, para luego salir rápidamente disculpándose con su compañero de casa, aquella noche ni siquiera pudo dormir bien por los pensamientos que tuvo, su cabeza se volvieron todo un torbellino gracias a la poción, sin embargo, todo se detuvo cuando las voces gritaron en su cabeza.

Las imágenes de un pasillo se abrieron paso, los gemidos de dolor y quejas para que se detuviera llegaron a sus oídos llevándola a caminar más rápido solo para encontrarse con Arthur Weasley siendo atacado, un grito ahogado se quedó en su garganta, no por la escena que tenía, si no por ver a Harry Potter siendo el atacante.