«---No habrá día en el que yo me incliné ante una persona como tú, te llenas la boca de falsas palabras, no eres bueno, no ayudas a nadie, solo piensas en ti, no eres caritativo ni piadoso y por sobre todo.. Tú no eres mi rey."
Rey Mean Phiravich es...
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Dos almas destinadas por la madre luna a estar juntas, no podían alejarse una vez que sus ojos se miraran, sus energías y corazones se volverían uno y no habría poder en la tierra ni enemigo que pudiera superarlo, pues hacerlo significaría la muerte misma.
Almas destinadas, omega y alfa. Se reconocerían entre un millar una vez tocarán el mismo suelo, sus instintos surgirían y aquellas divinidades dormidas en su interior despertarían, sus lobos se reconocerían y los humanos en los que habitaban sin importar las condiciones terminarían tan enamorados que sólo tenían dos opciones amarse hasta la eternidad o morir.
Era apenas una leyenda, cuentos que Suradet no creía de boca de su nodriza hasta que ante su rostro, el rey miró al príncipe como si nada más pasara.
Ambos se estaban reconociendo y no pudo evitar que un jadeo saliera de su boca, ¿como era posible eso?.
El rey Mean se acercó sólo un paso, su alfa interior gruñó con orgullo al ver que el Príncipe Plan no se había intimidado ni mostrado sumisión como lo hacían las concubinas que eran mandadas a sus aposentos.
Sus ojos estaban altos mirándolo a la cara sin demostrar nada más que elegancia y su nariz pico al sentir cada vez más fuerte el olor a azahar y miel, tan atrayente que sus manos temblaron por tomar el delgado cuerpo muriendo por hundir la cabeza en el cuello ajeno, para disfrutar el olor de su omega.
---Majestad le pido que recupere la cordura---Suradet soltó al verle hacerlo, eso no estaba bien de ninguna forma, atentaba contra todas las costumbres pues el omega que el Rey tenia en brazos no era nada más y nada menos que un príncipe extranjero.
El príncipe Plan había dado un respingo asustado al sentir la nariz del contrario recorrer su cuello, en un instinto natural no hizo más que ladear la cabeza para darle espacio y posar sus manos temblorosas a los brazos del mayor aferrándose a algo que lo hiciera sentir que no estaba flotando pues parecía estar en una nube con olor a pinos.
---¡Señoritas!---Suradet se vio obligado a intentar apartarlos, las concubinas del harem entraron rápidamente sorprendidas por lo que veían, fue la encargada del harem, una beta anciana quien pudo reaccionar y acercarse hasta los nobles---Llévelo a sus aposentos, esta en celo y nuestro rey también, llama a los médicos para que les den un brebaje de inmediato.
---Como lo ordene mi príncipe.---Dijo la mujer, su intención fue tomar al príncipe Plan pero no tardó ni un segundo en recibir un gruñido de molestia por parte de su soberano al tocarlo, sin embargo la beta era vieja ya y no se asustaba pues ella había enfrentado a más de un Alfa en celo antes.
---¡Señorita!---El príncipe Suradet corrió a interponerse entre su hermano y la mujer al ver como los ojos del soberano ardían en furia al ser separado del omega, el alfa líder sólo detuvo su ataque de furia al escuchar el sonido de su propia mano impactar se contra la mejilla de su hermano, el olor a temor se esparció con rapidez, y lo trajo a la realidad.
