ENEMIGOS

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Se sentía demasiado cansado, estaba en una lucha contra su cuerpo evitando cerrar los ojos, su estómago estaba comenzando a doler mientras que sus labios y garganta estaba resecos.

Había pasado todo el día en la misma posición, y ahora entrada ya la madrugada se negaba siquiera a dedicarle una mirada al general God quien sentado frente a él lo observaba atentamente. Su sola presencia le hacía sentir náuseas, su olor estaba mareando lo por el desagrado que le causaba, sin duda necesitaba poner distancia entre ese alfa y él.

Durante las primeras horas solo había tenido cabeza para pensar en su amigo, cuentionandose si el joven Saint había podido regresar a salvo hasta el castillo del Rey Perth o si habian conseguido capturarlo, durante mucho tiempo no había podido dejar siquiera un segundo sin rezar, rogándole a los cielos que el omega castaño estuviera a salvo.

Aunque por la distancia que habían recorrido a su salida del Reino, estaba seguro de que así era y sólo le quedaba esperar a que el soberano mandasé una carta urgente a su hermano para informarle la situación y éste fuera a su rescate.

Aún no lograba comprender del todo las circunstancias que lo atrapaban, era de su entendimiento que si bien su hermano no era gran conocido del Rey Mean tampoco eran enemigos, haciendo así que su secuestro fuera algo impredecible. Había escuchado de boca de algunas sirvientas que salían al pueblo a comparar telas preciosas los días de sus descansos, que algunos reinos estaban uniéndose para fortalecerse unos a otros, intercambiando mercancías valiosas y demás riquezas. Pero no había ningún indicio de que hubieran problemas.

---Ya es muy de madrugada, ¿No desea comer o dormir un poco?---Escuchó qué le preguntaban, sin embargo no respondió como las veces anteriores y sólo miró al frente.

---Tal parece que a nuestro invitado le ha comido la lengua el gato.---Se burló el general God mirando al joven frente a él, que se rehusaba a responder una sola de sus preguntas, según la orden de su líder y rey, debían llevarlo hasta el palacio principal sin un solo rasguño, cosa que se le habia dificultado a God, si él estuviera totalmente a cargo estaba seguro de que lo hubiera amarrado y arrojado al fuego.

Todo eso de la diplomacia no era lo suyo, así como tampoco entendía porque tanto respeto hacia otros reinos y sus príncipes cuando con todo el poder que tenían podían solo invadir y conquistar lo que les diera en gana, así tendrían oro, territorio y placeres más acordes a sus necesidades. El era un general del rey, un Alfa fuerte y temido que no tenía ánimos para pelear con un omega estúpido con una coronita.

---Tal parece que si---Río el segundo hombre, un beta que lucía insípido, los tres iban en el mismo carruaje, aunque sólo dos conversaban.
---Él rey Mean estará tan complacido que tal vez te dé al príncipe Suradet.

Ambos hombres carcajearon ante la idea olvidándose por completo de que no estaban solos, el príncipe Plan por su lado solo pudo pensar en el gran lío en el que estaba. Y sin embargo trataba de respirar con calma, no queriendo que su olor delatara el miedo y la ansiedad que tenía, el no podía dejarse ver débil.

---Espero que no, preferiría a Earth o a Fluke, aunque son menores tienen lo suyo.

---¡Hombre!, Dices eso porque ya te lo has llevado a la cama.---El general sonrió orgulloso, aunque el príncipe quien había puesto su atención a ambos, solo pudo ver aquel gesto como una mueca asquerosa.

Sé pregunto que clase de reino era al que iba, como manejaban el harem y que tipo más desagradable debía ser aquel Rey como para que fuera capaz de conceder uno de sus hermanos a un desalmado como lo era el demonio llamado God.

Un atisbo de verdad llegó a su mente causando que no pudiera contener una pequeña sonrisa, era más que evidente que el soldado sólo estaba intentando quedar bien frente a su subordinado a costa de la reputación de un príncipe, además conocía al Príncipe Bass no personalmente, pero si había oído hablar de la gracia e inteligencia con la que había sido bendecido, y sin duda alguien como él joven omega miembro de la realeza no se fijaría en un bárbaro como aquel que posaba sus ojos en él con tanto descaro.

IMPERIO:2WISH Where stories live. Discover now