«---No habrá día en el que yo me incliné ante una persona como tú, te llenas la boca de falsas palabras, no eres bueno, no ayudas a nadie, solo piensas en ti, no eres caritativo ni piadoso y por sobre todo.. Tú no eres mi rey."
Rey Mean Phiravich es...
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. ---¿Usted lo dice enserio?.
El príncipe Plan casi río por la manera en la que el soberano lo miró, como si fuera una broma y ellos dos un par de niños. Su lobo brinco al ritmo de sus latidos a medida que le miró a los ojos, completamente seguro y asintió casi con parsimonia.
El alfa no supo que decir, ni como actuar, el jamás había sentido que necesitaba de la compañía de alguien más para sentirse calmado, pleno y feliz, sin embargo después de algunos días había descubierto que ese omega con olor a Azhar podía hacerle sentir un mar de emociones sin límites.
Si, había estado furioso por sus acciones, por creerlo su enemigo sin embargo después de saber que era todo lo contrario, su lobo se había empeñado en tenerlo cerca, en oler su bonito aroma y protegerlo.
No supo que decir, porque era la primera vez que pedía permiso para comenzar un cortejo, él era un rey, sus tradiciones daban prioridad a la descendencia de sangre por lo que podía tener las concubinas que quisiera para que estas, pudieran parir príncipes alfas, asegurando que un legítimo heredero llegará al trono. Recordaba como siempre su madre o incluso Suradet quien era el encargado del Harem, se encargaban de elegir a quien podía pasar la noche en sus aposentos durante sus celos, Proy había sido elección de su madre. Sin embargo el rey Mean lamentaba la noche en la que siquiera había respirado el mismo aire que la omega.
---Estoy hablando enserio---Una vez más sintió que sus manos comenzaban a sudar, el alfa estaba acostumbrado a luchar en la batalla, él siempre estaba en el frente durante las invasiones, el fuego y el hierro eran sus aliados, no había beta o alfa que pudiera derrotarlo a espada, mucho menos a caballo, sin embargo en ese momento se sintió débil. Bien, había pensado que sería rechazado más ahí estaba, viendo al omega sonreir mirando las flores que tenían por delante. Ambos estaban inmersos en calma, sin saber muy bien que pasos seguir o que debían decir.
---Dada la situación me temo que no podremos compartir más de esta tarde, sin embargo caminar por estos breves instantes a su lado ha sido de lo más agradable.
---Lo mismo, digo. Me alegra saber que es más de lo que dicen, espero poder comprobar que no es aquel alfa del que hablan.---Dijo el príncipe con sinceridad antes de mirar al contrario, notando que sus palabras habían sido no tan adecuadas pues él alfa había terminado desviando su vista al mar que tenían enfrente.
---Mi alma por este reino, a veces se necesita sacrificar incluso el sueño profundo para mantener el orden---Dijo al fin, un poco después la puerta de la muralla fue abierta y el rey extendió su diestra invitándolo a entrar. No dijeron más, solo volvieron a caminar uno junto al otro, mientras a lo lejos el rey Gong y los príncipes castaños les esperaban hablando animadamente.
---Bien, creo qué es hora de qué nos preparemos para partir---Anunció Gong apenas llegaron a su encuentro, el alfa contrario solo asintió a sus palabras retomando la seriedad que lo caracterizaba.
