«---No habrá día en el que yo me incliné ante una persona como tú, te llenas la boca de falsas palabras, no eres bueno, no ayudas a nadie, solo piensas en ti, no eres caritativo ni piadoso y por sobre todo.. Tú no eres mi rey."
Rey Mean Phiravich es...
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Sus ojos miraron en todas direcciones apenas se abrieron, asustado por no reconocer la habitación en donde estaba se sentó de golpe. Su cuerpo se sentía adormecido como si no sólo hubiera tenido un par de horas de reposo si no un poco más. Pero su mayor sorpresa fue sentir a su omega tan tranquilo y a gusto que estaba seguro de que permanecía dormido sin ninguna preocupación .
Volvió a recorrer el sitio esta vez con más tiempo y con la mente más despierta, las paredes de piedras blancas no el tipo de blanco reluciente de un mármol si no uno más opaco, en las paredes estaban apenas un par de muebles de madera a cada lado de la cama ni tan detallados ni tampoco descuidados, en uno de ellos estaba un florero lleno de rosas silvestres acompañado de un pequeño reloj de arena, en el contrario estaba su corona de diamantes y su ropa, podría ver como todo estaba perfectamente doblado y limpio e incluso podía percibir un tenue olor a lilas dulces sobre la tela que era el velo cuando lo tomó entre sus manos.
Entonces lo dejó de lado sólo para alzar la sabana y verse vestido en una simple bata blanca hasta los tobillos y con largas mangas. Siguió con su observación después de asegurarse de estar vestido, había una ventana justo enfrente de la cama, las cortinas estaban cerradas pero el sol que pasaba por ellas era brillante.
---Veo que está despierto---El príncipe Plan dio un brinquito en su lugar al ser tomado desprevenido mirando la cortina hecha de diversas telas. Le había parecido curioso aunque no tanto como el chico que estaba de pie en la puerta mirándolo atentamente como si estuviera listo para saltarle encima.
Entonces los recuerdos pasaron por su cabeza, dejó de mirar los muros y de los detalles de la habitación para centrarse en su realidad.
Él era Plan Rathavit, un príncipe secuestrado, que había escapado, se había perdido en el bosque y ahora estaba en un lugar desconocido sin recordar como había llegado.
Lo último de lo que recordaba era a él corriendo entre los árboles sujetando con fuerza la mano de un omega, ambos en la oscuridad del bosque sin nada más que la madre luna cuidándolos mientras trataban a toda costa de alejarse de aquel sitio de sombras donde habían perdido a los dos alfas que apresaron al omega, cerró los ojos.
La imagen del chico de cabello negro y rostro rellenito preguntando si estaba bien apreció, su voz tratando de mantenerlo consciente y después nada.
Abrió los ojos sólo para entrarse con la mirada del chico en la puerta, su cabello era tan negro como la noche y su rostro era delgado e inexpresivo.
---¿Podría decirme como llegué hasta aquí?---Preguntó con calma pero firme, su primer instinto fue sentarse derecho al notar el olor ácido del limón. El desconocido era un alfa sin duda y eso sólo consiguió que su lobo despertará y se pusiera en guardia.
---Por supuesto que lo haré señorito---Respondió acercándose tan solo unos pasos hasta la cama.---Pero antes, si no es una ofensa para usted me gustaría que respondiera algunas preguntas.
