Capitulo siete: Confusión distante

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—Dijo que mató a alguien.

—¿Qué?

—Dijo que mató a alguien, —repitió Zhan, manteniendo baja la voz. Yibo estaba en la ducha; Zhan podía escuchar el golpeteo del agua incluso con la puerta cerrada, pero esta conversación era privada—. Dijo que no era como yo pensaba. No se si eso significa que no fue él directamente responsable o solo que no fue un tiroteo. Estábamos hablando de tirar del gatillo, —explicó.

—¿Cómo llegaron a ese tema? —Zhan podía escuchar los engranajes mentales de Colin girando.

—Es una larga historia.

Y una que nunca te contaré.

—Bueno, es nuevo para mí, —dijo Colin—. Nunca me ha llegado ninguna información de que Wang cometiera un asesinato.

Eso era lo que Zhan había imaginado. Colin Riggs había estado en la fuerza anti-drogas por quince años y si existía un rumor ahí afuera, él lo sabría.

—¿Te dio algún dato más? ¿Quizá, un nombre?

Zhan dejo salir una risa corta. —No. No es que fuera a confesar un crimen por voluntad propia.

—Sí, pregunta estúpida, —concedió Colin—. Preguntaré por ahí, pero no me esperaría conteniendo el aliento.

—Esta bien, mira, hay algo más...

La puerta del baño se abrió, dando paso a Yibo y una nube de vapor sin siquiera una mirada de reojo en la dirección de Zhan mientras caminaba hacia su habitación. Al menos hoy usaba una camiseta.

—No puedo hablar ahora, —dijo—. ¿Podemos vernos más tarde?

—Seguro. Dame un par de horas. ¿Qué te parece en The Quaff cerca de las cinco? Podemos tomarnos una cerveza antes de ir a casa.

—Nos vemos.

Las cinco en punto no pudieron llegar más rápido para Zhan. Estaba cansado de tratar de ignorar a yibo en un espacio de noventa metros cuadrados, su esencia comiéndoselo incluso a través de una puerta cerrada. Tan difícil como le fuera admitirlo, extrañaba la camaradería que empezó a sentir con Yibo, la facilidad en su presencia que se sentía peligrosamente cerca de la amistad. Pero ese camino era oscuro y desconocido, ninguno que Zhan quisiera recorrer. Prefería quedarse en el bien conocido camino de la distancia.

Pero extrañas el sonido de su voz, su voz real, no la defensiva que usa contigo ahora.

Zhan caminó hasta la puerta de Yibo, desahogando su frustración en un golpe fuerte. —¿Yibo? Necesito hablar contigo.

—¿Qué?

—Sal, —ordenó, rehusando la indignidad de hablar a través de una puerta.

Yibo lo rozó cuando pasó para arrojarse en el sofá.

—Bien? —siseó, arqueando una ceja.

Zhan se sentó en la silla reclinable. —¿De qué hablabas la otra noche? ¿Sobre matar a alguien?

Yibo levantó ojos aburridos hacia Zhan. —Nada.

—Yibo, no me vengas con esa tontería, yo...

—No soy un jodido imbécil. Me dejaste claro cuál es tu papel aquí. El Extraordinario Agente del FBI, ¿cierto? —Yibo hizo una mueca—. Tengo que ser bastante estúpido para decirte cualquier otra cosa.

Zhan dejó salir el aliento impaciente. —Esta bien. No quieres hablar de eso, entonces hablemos de Li. ¿Cómo te involucraste con él?

—Ya te lo dije.

Tonos Grises (ZhanYi- Yizhan)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum