Capitulo dieciséis parte 1: Enfrentando la realidad.

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—¿Mathew?

—No.

—¿Jacob?

—Na-ah. —Zhan se acomodó contra el cuerpo de Yibo, apretando los brazos contra su pecho desnudo. Nunca hubiera pensado que dos hombres pudieran acomodarse tan fácilmente, siempre asumiendo que solo una mujer podría acurrucarlo de la manera en que Yibo lo estaba haciendo con él. No era verdad. Su espalda se moldeaba perfectamente al pecho de Yibo como si fueran dos partes de una misma pieza, con la cabeza descansando confortablemente en el hombro, con el aliento de Yibo rozándole la frente.

—Sólo dime tu maldito Nombre americano. Nunca voy a poder adivinarlo, —dijo Yibo, rozando su muslo contra el de él.

—Perdedor, —se burló Zhan—. Continua.

—¿Bernard? —adivinó, burlándose discretamente.

—¡No! Que crueldad.

—Es difícil de creer, juzgando por tu primer nombre.

Zhan ahogó su risa, rodó sobre sí mismo para poder atrapar a Yibo contra la cama, usando sus manos como unas delicadas esposas sobre las muñecas ajenas. —Idiota. Es Sean. Y Zhan era el apellido de soltera de mi madre.

Yibo le sonrió, con esa sexy sonrisa de medio lado, la sonrisa que hacía que el estómago de Zhan diera vuelcos hasta hacerlo enfermar, la que lo ponía loco de deseo, como un adolescente suspirando por su primer amor.

—Xiao Zhan ,alias Sean —dijo Yibo con voz baja—. Es un buen nombre. —

Alzó la cabeza de la cama, con los brazos aún atrapados junto a su almohada, y besó a Zhan. Despacio primero, después poniendo más presión, su lengua adentrándose húmeda y caliente, incitándolo por momentos, y retrocediendo cuando Zhan se acercaba hasta que el mismo atrapó esa provocadora lengua con la suya.

Zhan soltó las muñecas adversas, dejando que sus manos vagaran por el pecho ajeno, masajeando los pezones con el dedo, para lamerlos después con la lengua. Su propio aliento se atoró cuando Yibo gimió, levantando el pecho lejos de la cama para poder acercarse más a la boca de Zhan.

Zhan bajó, con la lengua dejando un rastro húmedo. Descansó la mejilla en el estómago de Yibo por un momento, sólo respirando su aroma, subiendo y bajando con cada exhalación ajena, mientras que Yibo enredaba perezosamente sus dedos entre su cabello.

—Tengo hambre. —Las palabras de Yibo fueron seguidas por un gruñido de su estómago, que sonó fuerte en el oído de Zhan.

—Siempre tienes hambre, —comentó, descansando la barbilla en el estómago de Yibo—. Creía que íbamos a hacer algo más que comer.

—Creo que necesito comida primero.

—Sólo tenemos mantequilla de maní y jalea. Yibo se quejó amargamente.

—Supongo que la mantequilla de maní y jalea no son de tus favoritas, —dijo Zhan secamente.

—Debí recordarte traer algo de comer cuando saliste ayer.

—Tenía otras cosas en mente .—Los ojos de Zhan se dirigieron hacia la caja de condones en la mesita junto a la cama.

Yibo sonrió. —Por lo menos tienes resueltas tus prioridades. —Dándole un juguetón pellizco al lóbulo de Zhan—. Pero enserio, ¿Era tan difícil comprar un poco de pavo?

Zhan agachó de nuevo la cabeza, su risa contenida por el estómago. —Por Dios, nunca había conocido alguien que se quejara tanto de la comida como tú.

Tonos Grises (ZhanYi- Yizhan)Where stories live. Discover now