9 ☁ See you soon, baby

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Taeyong corrió por toda la sala, buscando algo de suma importancia.

Levantó cojines, miró por debajo de los muebles y revisó los libros en los estantes con la esperanza de dar con su objetivo, peró este no estaba a la vista.

—Hijo, si sigues corriendo así te va a entrar una crisis nerviosa y no dejare que cargues a Mark en ese estado.—Le regañó su madre desde la puerta de la cocina con su pequeño nieto en brazos, el cual estaba muy entretenido succionando su nuevo chupete amarillo. Taeyong suspiró, dejando de mala gana los cojines de regresó a su lugar en el sillon.

—Mamá, ya estoy lo suficientemente estresado como para que me niegues cargar a mi hijo.—Protestó y continuó con su busqueda, ahora revisando debajo de la alfombra.

—¿Que estás buscando?—

—¡Hyunie!—Clamó de alegría Taeyong al ver a su esposo bajar las escaleras con sus pantalones de vestir y una camisa color verde siendo abotonado hasta el cuello. Dio un saltó para colocarse de pie y se aproximó a él con urgencia.—¿Has visto mi libreta?—

Jaehyun detuvo el movimiento de sus manos un momento para procesar la pregunta.

—¿Cual de todas? Tienes demasiadas.—Soltó con una suave risa al final.

—La de color verde, esa que siempre llevó al trabajo y que casi arruinas al derramarle tu cafe.—Detalló, aún con algo de resentimiento por ese hecho. Su pobre libreta no volvio a ser la misma desde esa mañana.

Jaehyun se quedó pensándo con su vista fija en otra parte a la vez que bajaba el último escalon de las escaleras con lentitud, intentando hacer memoria.

—Creo que si, pero no recuerdo donde.—Esa no era la respuesta que Taeyong estaba esperando. El mayor soltó un bufido de impaciencia.

—¡Intenta recordar! Se me hace tarde!—Pisoteó el suelo, exasperado.

—Hijo, los nervios.—Regaño la señora Lee a su hijo y este se tomo un momento para respirar mientras Jaehyun pensaba duramente, pero su memória no colaboró lo suficiente para ayudar a su pareja.

—Lo siento, gatito, pero no logró recordarlo.—Se sincero el menor con ojos de disculpa y Taeyong tuvo ganas de llorar a causa de la frustración. Se estaba haciendo cada vez mas tarde y las posibilidades de tener su libreta de vuelta antes de irse se estaban reduciendo a cero.

—¿Donde puede estar?—Preguntó al aire, casi al borde de una crisis y continuó su busqueda, esta vez buscando en la camita de Ruby y debajo de sus platos de agua y comida, la susodicha lo miraba desde arriba de uno de los sofás individuales, inclinándo la cabeza hacia un lado con curiosidad por lo que hacia su humano.

—¿Por que tanto alborotó por esa libreta?—Expresó la señora Lee, sin comprender el comportamiento de su hijo y cargó a Mark con su otro brazo al sentirlo algo pesado.—Tienes muchas de esas en el librero. Sólo toma una y ya.—

—No puedo. En esa libreta tengo todas las ideas que he tenido para mostrarle a Kun. No puedo irme sin ella, pensará que no hice nada durante mi licencia y me sentiré como un holgazán.—Abulto su labio inferior de manera involuntaria a la vez que se colocaba de pie y se sacudía alguno de los pelitos de Ruby que se le habían pegado a sus pantalónes negros.

—Si pregunta, solo dile que Ruby se comió tu tarea.—Sugirió la mujer y Taeyong la miró de mala manera, recibiendo una suave risa de su madre y de su esposo, el cual sigilosamente se desplazó hasta la mesa del comedor para recoger su bolso del trabajo.

Nuestros primeros pasos ☁ JaeyongWhere stories live. Discover now