11 ☁ Weird

1.9K 289 159
                                    





—Entonces, ¿dices que Ten ha estado actuando raro desde que me fuí?—Cuestionó Taeyong de manera rápida, sabiendo que no tendrían mucho tiempo para hablar del tema hasta que Ten volviera de su viaje a la despensa de materias primas.

Kun dirigió su mirada hacia la despensa para asegurarse de que Ten estuviese completamente dentro de la despensa para sentirse seguro de hablar.

—Si, bueno... En realidad no se muy bien cuando comenzó todo.—Admitió, a la vez que armaba una caja de cartón amarilla para guardar el pastel que Taeyong estaba decorando.—Tal vez estaba demasiado ocupado en otras cosas como para notarlo al principio, pero cuando fui consciente de ello ya era demasiado tarde.—Agregó, seguido de un pesado suspiro.—Me siento mal por no haberlo visto antes, quizás las cosas no habrían llegado a este punto.—

Taeyong realizó una pequeña mueca, a la par que daba el último toque con buttercream al pastel frente a él.

—No te sientas culpable, a todos se nos escapan ciertas cosas de vez en cuando.—

Alzó uno de sus hombros, restándole algo de importancia al mismo tiempo que sonreía de lado para aligerar un poco el ambiente pesado que se había formado en la cocina. Kun asintió, comprendiendo su punto y procedió a recargarse contra la barra en la espera del pastel.

—¿Tu no notaste algo raro en el estos ultimos meses?—

Taeyong lo meditó unos segundos, intentando recordar algun hecho similar al que acababa de presenciar hace unas horas y terminó por negar con la cabeza.

—No, todo estuvo normal... Creo.—

Kun frunció el ceño ante sus palabras.

—¿Cuando fue la última vez que te reunirse con Ten?—Procedió a preguntar, Taeyong parpadeó varias veces, un gesto común en el cuando intentaba recordar algo.

—Hace unas tres semanas, más o menos...—Empezó por decir.—Antes venía siempre que podía a casa y se la pasaba pegado a Mark, peró desde que tiene más trabajo y cosas que atender, ha dejado de venir.—Continuó.—Seguimos hablando por Kakao Talk, pero no es lo mismo que pasar tiempo juntos y tampoco es que hablemos mucho que digamos, Markie consume todo mi tiempo y apenas podemos mantener una conversación decente.—Prosiguió, con un poco de tristeza destellando en su rostro, pero intentó ocultarlo con una pequeña sonrisa ladeada.—Creo que Mark ya extraña el escándalo de Ten y que le apreté las mejillas como una abuelita.—Soltó una ligera risa ante los bonitos recuerdos de ello y suspiró, dando unos toques más con frosting de colores en el pastel.

—Empiezo a comprender porque no has visto nada raro en él en todo este tiempo.—Concluyó el gerente, incluyendo un movimiento de cabeza.

—¿Y que fue lo primero anormal que tu notaste en él?—Curioseo, dejando sus utencilios a un lado al terminar su labor para prestarle toda su atención.

—Creo que sus gritos. Estoy acostumbrado a oirlo alzar la voz porque bueno, es Ten después de todo, pero esa vez se puso tan histérico que parecía querer matarme.—Relató, aun sintiendo escalofríos con el simple recuerdo mientras tomaba el pastel y lo colocaba dentro de la caja. Taeyong río muy por lo bajo.

—¿Como a mi hace unos minutos?—

—Casi.—Inquirió, cerrando la caja y colocandole un poco de cinta.—Solo que a ti no te amenazó con unas tijeras.—

La sonrisa de Taeyong desapareció para dar paso a una expresión de terror.

—Por favor, dime que fue con las tijeras de Lucas.—Rogó, a lo que Kun río por lo bajo.

Nuestros primeros pasos ☁ JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora