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Luego de un poco de limpieza y un ligero almuerzo, Taeyong se alistó para salir de compras junto a su bebé.

Opto por vestirse con unos jeans comodos oscuros, una camiseta color gris y su siempre confiable chaqueta de mezclilla, mientras que a Mark le puso unos pantaloncitos largos a rayas, unas medias de zanahoria con unos zapatitos azules y un preciosos hoodie gris con orejitas de ositos en la capucha. Toda una belleza.

Se desplazó por la sala, metiendo cosas en su mochila y en la pañalera al mismo tiempo que revisaba la lista para verificar que allí estuviese todo lo que les hacia falta en la casa. Por su parte, Mark se removia y hacia soniditos desde su amaca posicionada sobre la mesa del comedor. Llamando a su papá en un idioma que este no entendía, pero que le parecía extremadamente adorable.

Al asegurarse de que todo estuviese en orden por quinta vez, Taeyong se colgó ambos bolsos en cada hombro y fue hasta Mark, salvandolo de su solitaria amaca y cargándolo en sus brazos con un besito en su carita.

Le pusó su chupete a sy bebé para que se entretuviera durante el camino y sirvió una ración extra de comida en el platito de Ruby para que no tuviese hambre en su ausencia, aunque no estaría fuera por mucho tiempo, o por lo menos eso esperaba.

Salió de casa cargando a su bebé y caminó por las tranquilas calles de su vecindario, en dirección al centro. Sonrió, disfrutando de los agradables rayos de sol que caían en su cara y hacian que los ojitos de Mark se entrecerraran un poquito.

Las primeras calles fueron fáciles para la dupla padre e hijo, sin embargo, al llegar al supermercado, Taeyong se dio cuenta de que debió de haber traído la cangurera de Mark, debido a que era un poco dificil sostener a su bebé con un brazo y tomar las cosas que necesitaba con una sola mano. Hasta sentía que estaba haciendo malabares en vez de hacer sus compras.

Tal vez se vea un poco innecesario arrastrar un carrito cuando solo venía a comprar yogurt de fresa, jugó de naranja, algo de carne y unas cuantas verduras, pero prefería que lo mirasen feo por acaparar uno de los carritos en vez de sufrir por el peso de Mark y una canasta en sus brazos. En esos momentos se lamentaba por haber dejado el gimnasio.

Casi suspiró aliviado al llegar a la caja registradora. Colocó sus compras sobre la cinta y la cajera guardó sus compras en dos bolsas. Con un poquito de esfuerzo, Taeyong sacó efectivo de su billetera y le pago a la mujer. Cuando recibió su cambio, recogió sus compras y fue por su mochila y la pañalera que estaban guardada en una gaveta del supermercado. Seguro no había tardado ni 20 minutos allí, pero ya se sentía totalmente agotado.

Debió pedirle a Jaehyun que lo ayudara a armar el condenado carrito de bebé antes de que se fuera al trabajó. ¿Por que esa cosa tenía que estar tan bien cerrada? Los carritos de bebé y las sillas de playa parecían ser las peores enemigas de Taeyong. Jamas podía abrirlas. Las odiaba tanto.

Ya con sus compras hechas, Taeyong emprendió su caminó de regresó a casa junto con Mark. Pudo darse cuenta que está vez su bebé no tenía muchas ganas de estar fuera, ya que no miraba todo con curiosidad ni balbuceaba, simplemente se mantenia recargado contra su hombro, como queriendo dormir y descansar de ese agitado día. Seguro sus tías lo habían dejado agitado después de su visita, sobretodo porque Mark aun no estaba acostumbrado a estar con personas que no sean sus padres. Por suerte para su retoño, ya había terminado todas sus compras y podría llevarlo de regreso a casa justo a tiempo para su siesta.

En su tranquilo recorrido, Taeyong ojeo las tiendas por las que pasaba, deteniéndose de inmediato al leer "impresión de fotos" en la vidriera de una papelera, la cual también mostraba cientos y cientos de materiales escolares coloridos y cosas brillantes, las favoritas de Taeyong.

Nuestros primeros pasos ☁ JaeyongOù les histoires vivent. Découvrez maintenant