Cuando el sistema dijo: "Error"

Shizun, ¿puedo llamarte?

Su mano se extendió, luego la retrajo con rapidez. Repitió la misma acción cinco veces hasta que su mano se detuvo, esta vez solo retrajo sus dedos.

Apretó los labios y observó aquello delante de sus ojos, su dedo índice se extendió y pico la mochila, haciéndola caer.

Luo Binghe contuvo la respiración, la única razón por la que no se había decidido a abrirla es porque se había quedado solo y sin algún alma que le dijera que hacer.

"S-sí... si es de Shizun, esta bien que lo vea ¿verdad?" tragó "pero la privacidad de Shizun ¡Arg!" revolvió sus cabellos con fuerza

Si alguien pudiera verlo, diría que aquel medio demonio que alguna vez comando un ejército de demonios, ahora se había vuelto un niño pequeño, incapaz de tomar sus decisiones.

"Ya lo abriré!"

Con la decisión en sus manos y la valentía en sus ojos se acercó a la mochila, apenas sus dedos rozaron la tela plástica escuchó como la puerta era abierta y unos energéticos pasos entraban a la casa.

"¡Ya llegué!"

Luo Binghe tomó la mochila y la lanzó con fuerza hacia las escaleras. Se puso de pie y sonrió con nerviosismo.

"¡Vaya! Luo, llegaste temprano ¿Y Feiji?"

Luo Binghe soltó un suspiró disimuladamente.

"Shang Feiji y Mobei salieron hace poco, dijeron que volverían antes de la cena" con sigilo se fue moviendo lentamente hacia las escaleras, solo quería irse a su habitación "y yo... me iré a mi habitación ahora, claro, si no le importa señora Shang"

"Luo, te dije que podías decirme mamá" sonrió

Luo Binghe le devolvió la sonrisa y con un leve asentimiento se retiró hacia su habitación.

En el camino recogió la mochila y se encerró, su mirada fue un poco triste habían pasado cerca de treinta años desde que dijo aquella palabra: "mamá" y ahora una completa extraña y quien resultaba ser la madre de su creador le decía que estaba bien llamarla así.

En su pecho solo una extraña sensación emanaba. Tal vez seguía conmocionado por la forma tan casual en la que, la madre de Feiji, había descubierto que tanto él como Mobei eran de un lugar, muy, muy cercano.

La sonrisa invadió su rostro al recordar la forma casual en la que Shang, Mobei y él hablaban de encontrar a Shen Qingqiu y de la nada una cuarta persona estaba en la habitación, sin que ninguno de los tres se diera cuenta.

“Ah, ya decía yo que ustedes no podían ser de aquí”

Los ojos de Shang MeiLi brillaron, su sonrisa se hizo profunda y sus manos no se contuvieron en revolver los cabellos de aquellos dos medios demonios, que incapaces de hacer algo solo podían quedarse quietos y recibir el afecto.

“Feiji, te dije que estaba bien si me dabas nietos tardíos... pero nunca imagine que sería de esta manera”

Luo Binghe recordaba aquellas palabras con claridad, al igual que el reclamo de Shang Feiji y las siguientes palabras de Shang MeiLi.

“La familia ya es más grande, sería raro si me dicen abuela... Y no quiero que lo hagan, díganme mamá”

Suspiró, sus recuerdos solo podían vagar un poco más. Luego observó su mano, aquel número extraño seguía allí, claro que seguía allí lo había cuidado con su vida, poniéndose un guante de plástico y evitando el agua en sus manos lo más posible.

"Aquí voy" se dijo una vez más, acercando su mano hacia el cierre de la mochila

Pero de nuevo, algo lo detuvo.