𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆

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Liam estaba acostado en su cama sonriendo como un niño con juguete nuevo. Y es que desde aquel momento que había compartido con zayn en el salón todo había sido mágico, como si algo en Zayn hubiera cambiando después de conocer a harry. Y es que no solo había sido esa noche, sino también las siguientes tres donde Zayn se había auto–invitado a salir con ellos donde no paro de decirle cosas lindas y tomarlo de la mano.

Parecía un niño protegiendo lo que es suyo.

Y eso solo hizo que el enamoramiento de liam por zayn aumentará. Pero también la preocupación, ¿qué pasaría cuando Zayn intentará besarlo de nuevo? Tenía que contarle la verdad sino pasaría lo mismo de la primera vez y él se negaba a perderlo de nuevo.

Y si lo perdía de nuevo, que al menos fuera por algo que valiera la pena, pero hoy no. Era un día importante para él, pues zayn lo había invitado a una cita, su primera cita y sería con él chico que le gustaba.

Miró por la ventana, el sol seguía en su punto más alto y velando por el pueblo. Siempre había admirado al sol por ser tan lindo y resplandeciente, por más que algunas personas se quejaran de lo fuerte que a veces pueden ser sus rayos él los amaba. Tal y como amaba la luna y su brillo que la había ver más hermosa.

La puerta fue tocada, liam asustado corrió hacia ella poniéndole el seguro.
—¿liam? ¿pequeño bebé estás ahí? —soltó un suspiro relajado al escuchar la voz de su madre.

—lo siento, pasen rápido —la abrió y corrió a aventarse a su camita.

Su padre cerró la puerta después de que su madre pasara. Se acercaron a la cama y se acostaron a su lado dejándolo en el medio, liam rió sintiéndose algo incómodo por su apariencia.
¿estás bien, bebé? —preguntó su madre acariciando su cabello. El cabellito de liam se veía opaco y al tacto era algo raro, pero a los ojos de su madre todo seguía siendo hermoso.

—estoy bien, padres.

—nos alegra, queremos que esta noche sea la mejor para ti, con una buena compañía al lado. —su madre de movió para tener mejor acceso a su cara. —hoy disfruta todo lo que sea posible, mañana será un día muy ajetreado.

La fiesta de los veinticinco años de matrimonio de los reyes sería en menos de un mes, al igual que sería presentado al pueblo como quasimodo, pero no quería pensar en eso, no por ahora. Hoy debía ser un día feliz. Mañana se comenzaría con los preparativos para la fiesta, como invitaciones y los trajes que se usarán. Sus padres estaban muy emocionados y eso lo hacía feliz, en parte.

Veinticinco años de amor. ¿Él también llegaría a tanto con su pareja en el futuro?

[...]

Sus padres se fueron después de descansar media hora con él en la cama, hasta que su madre lo mandó a bañarse para que se pusiera precioso para la noche.

Y él ni podía con lo desesperado que se encontraba.

La noche llegó y liam se encontraba muy nervioso en su pieza, no sabía si tenía que bajar y esperarlo en la sala de estar o tenía que quedarse ahí hasta que subiera por él, o en el salón de baile. No tenía la más mínima idea y eso comenzó a preocuparle.

La puerta de su habitación fue tocada para después ser abierta por Nicola. Liam se sonrojo al tener la mirada penetrante de su hermana encima de él analizándolo de arriba abajo.

—eres hermoso, liam. —dijo avanzando hasta él. Se notaba la sinceridad en sus palabras.

—gra–gracias. —bajo su mirada hasta sus manos, mordió su labio inferior con fuerza.

quasimodo | ziam mayneWhere stories live. Discover now