Capítulo 20: Confesando algunas cosas.

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¿Quién es Erick?



—¡Mierda!— grito de dolor. El machete cae al piso asustándome. Me saco la venda de los ojos y los veo a los dos.

—¡Ámbar!— grita Cassie corriendo hacia mi.

—¡Joder Ámbar!— grita Kevin acercándose a paso rápido.

Hago presión con la venda en la herida y me siento en un banco que hay afuera.

—¿Qué mierda Ámbar?— pregunta frunciendo el ceño pero a la vez está preocupado. Nunca me había desconcentrado.

—Solo quítala. Yo no puedo porque está en el brazo derecho— digo lo obvio.

Me saca la venda y cuando la quiere envolver en mi brazo, Cassie viene y lo empuja. Kevin se mueve un poco, perplejo.

—¡No la toques!— grita —¡Ay Ámbar! ¿Estás bien?

—Lo voy a estar si Kevin me hace presión en la herida, dah— gimo cuando muevo el brazo.

Kevin vuelve a mí pero Cassie otra vez lo empuja.

—¡Que no la toques joder!

—Pero tengo que curarla.

—¡Si yo ví cuando le disparate!

—¡Es una práctica!

—¡¿Una práctica?! Por dios, casi la matas.

—No era la idea.

—¡Es mi mejor amiga!

—¡¿Se callan?!— pero ni caso la verdad.

—¡Aléjate!— vuelve a empujarlo pero lo que más me sorprende es que le saca el arma a Kevin y lo apunta con ella.

Rodeo los ojos pero también estoy nerviosa. La loca de mi amiga en su vida tocó un arma.

—Baja el arma Cassandra— advierto.

—Vamos Ámbar. Yo te protejo— sigue apuntando con la mano temblando.

Antes de que haga una estupidez y seamos dos personas baleadas le saco el arma yo y tiro tres tiros hacia arriba.

—¡Que se callen joder!— grito tan fuerte que los dos me prestan atención —¡Cassandra, solo déjalo, y tú sácame la estúpida bala!

—¡Ay por dios! ¡Te agarró el síndrome de Estocolmo!— se tapa la boca.

—¿Qué? Iugh— meto un dedo en mi boca fingiendo vomitar —es mi profesor estúpida.

—Pero Ámbar, yo ví cuando te disparó. Sal primero. Iremos a un hospital a que te la saquen.

—¿Estás loca?— levanto las cejas —no iré a ningún hospital. Kevin me va a sacar la bala.

Él se quiere acercar pero Cassie no lo deja.

—Dame el arma Ámbar. Te puedes lastimar— intenta agarrarla.

Me río fuerte. Debe ser por la cantidad de sangre que me sale del hombro.

Mi cuerpo se siente pesado y me cuesta mover el cuerpo.

Estoy media "dogri". Aunque hago presión con la muñeca porque con la mano sostengo el arma, la sangre sigue saliendo a cántaro.

—Mira niña. Yo sé agarrar mejor un arma que el corazón de Erick y eso no lo voy a negar— me río otra vez más y cuando los veo hay cuatro personas.

—¿Quién es Erick, Ámbar?

"Ambick"— me río con nostalgia —asi nos decían aquí.

Quiero cerrar los ojos pero la mano de Kevin impacta despacio en mi mejilla. Los abro un poco pero pesan demasiado.

El Miedo De Ámbar #1 Where stories live. Discover now