Capítulo 31: La Fräulein Sevedo.

221 75 51
                                    

Nombre real: Ámbar.
Nombre artístico: Lauralei.









Narra Ámbar.

—¿En serio? Era obvio que se había enamorado de Drácula desde que lo vió— me río. Todo el viaje de regreso criticó a la película.

—Es una película Erick.

—Y para mí lo quiso cazar para cogerselo, no para entregarselo a su bisabuelo.

—¡Erick!— suelto una carcajada.

—¡Lizzie!— me intenta imitar. Se para y me acorrala en la pared del pasillo.

—¿Qué haces?— me río nerviosa. Me da un beso. Acaricia mi mejilla, su mano sostiene mi cadera con algo de fuerza. Como asegurando que no me escape.

No es como si quisiera hacerlo. Siento esas mariposas de las que tanto hablan en las películas y libros románticos.

Es como un click, como dijo Drácula.

¿Habré echo click con Erick? ¿Él sentirá lo mismo que yo?

Nos separamos a falta de aire. Junta su frente con la mía, rozando suavemente nuestras narices que revolotea todo en mi interior y acelera mi corazón.

Es increíble y indescriptible el sentimiento que tengo hacia Erick. Sí, yo dije que no me enamoraría de alguien después que a los 11 años Katherine fue engañada. Pero conocer a Erick fue distinto. Yo sé que él es diferente a los demás y él jamás me haría daño.

Bueno, tal vez algunos moretones de lucha pero jamás me lastimaría sentimentalmente.

—¿Qué cosas están pasando por esa cabezita astuta y curiosa?

—Un poco de todo— sonrío dándole un beso.

—Yo sé que sí...

—Llegan tarde par de conejos— me sobresalto —entren ya que son la maldita pieza principal de esta reunión.

Miramos a Kevin y nos separamos. Yo sonrojada porque aún no logro procesar que él nos haya escuchado (más bien a mí) gimiendo y follando. Erick se ríe.

—Lo sabemos don aguafiestas. Lo que pasa es que Hotel Transilvania estaba para verla a las 3 y no a las 2 para llegar a tiempo. Sorry tío.

—Solo entren. Es la primera vez que Ámbar llega tarde a algo tan importante. Eres una mala influencia— rodea los ojos.

—Pero la mala influencia le sacó una bonita sonrisa y le alegró el día.

Me abraza pasando su brazo por mis hombros.

—Solo entren.

—Lo siento Kev— le digo apenada. Porque nunca llegué tarde a una reunión o a una conversación con él.

—No puedo enojarme contigo Ámbar. Sabes que no. Solo no llegues 1 hora tarde de nuevo— besa mi cabello. Le sonrío.

Amo a Kevin. Es mi segundo papá. Lo adoro. Se convirtió en mi primer papá durante cinco meses cuando mi papá biológico había tenido un malentendido con mamá y las dos pensábamos que la había engañado con su jefa. Resultó que la estúpida hizo eso a propósito por estar obsecionada con él y le había mandado un anónimo a mi mamá diciendo que él se acostaba con una mujer. Las cosas se complicaron. Mamá echó de casa a mi papá durante esos meses. Yo estaba triste y enojada y venía aquí a descargar haciendo varias cosas o iba a la zona de terapia donde Kevin me escuchaba y aconsejaba, o simplemente me abrazaba dándome apoyo. Se arregló todo eso con mi papá dándole pruebas a mamá grabando a su jefa diciéndole a él que iba a hacer todo lo posible para separarlos definitivamente y quedarse con él a toda costa.

El Miedo De Ámbar #1 Where stories live. Discover now