Capítulo 8: El pasado y la visita inesperada.

505 108 71
                                    

¿Algo que vuelva vulnerable a Ámbar Sevedo? Brianna Cooper claro está.





Narra Ámbar.

—No puedo. No puedo disparar sin pensar en él— bajo el arco y fecha y sollozo.

—Si puedes Ámbar.

—¡No, no puedo Kevin! ¡Así lo conocí a él! ¡Después me enamoré de él con el puto dúo! Y así me desilusionó, me engañó y jugo conmigo. Él se divirtió y se rió a mis espaldas cada vez que le decía que lo amaba. Y para completar, se va sin dejarme siquiera una carta, encima llevándose la pulsera que me había regalado.

»Estar aquí, hace que recuerde cada cosa, cada detalle que vivimos. Y me duele. Me duele mucho. Me enamoré Kev. Me enamoré de alguien que jamás me amó. Y así terminé.

***
Lunes, 14 de marzo.

Seis días después.

—¡Mí bebe!— grito acariciando mi auto y lo intento abrazar.

—Ya te lo puedes llevar Ámbar, las luces están arregladas y por las dudas lo revisamos por si tenía algo malo, pero está perfecto.

—Oh gracias, gracias Ash— digo besando la puerta de mí bebe.

—No es nada, es muy bueno tu novio al pagarte la mitad del auto— dijo y lo mire confundida.

¿Novio? ¿La mitad?

—¿Novio?— pregunté —yo no tengo novio— dije extrañada.

—Pero... Él me dijo que sí, me dijo tu nombre, tu físico que era igual que tú un día después de que lo dejaras aquí y pago la otra mitad diciendo que era tu novio— responde encogiéndose de hombros.

—¿Espera, quién es él?

—Un chico rubio, ojos claros, piel blanca...— no terminó de hablar porque grito.

—¡Ryan!— abro los ojos.

—SÍ, ese mismo— dice.

—Pero el no es mí novio, y ¿Cómo supo mí nombre si mandé este auto hace dos semanas y a él lo conocí la semana pasada?, es imposible que sepa mí nombre— digo frunciendo el ceño y haciendo matemáticas en mi cabeza.

—No lo sé pero él pago la mitad primero, antes de que tu vengas al día siguiente y me dijo que no te dijera nada, cosa que ya te dije, y me dijo que pagaba la mitad de tú auto, tú sabiendo que era todo lo que tenía que pagar y el chico y yo sabiendo que era la mitad— explica.

Wao y yo pensando que era fortuna lo que pagué y ahora más, sabiendo que sólo fue la mitad.

—Oh, ok entonces, fue él— digo comprendiendo todo —¿Pero por qué te dijo que era mí novio?

—No lo sé, por algo será.

—Ok, Asthon, gracias por decirme— digo saliendo de mí trance.

—No hay de que, aunque no cumplí lo que me dijo él, que guarde el secreto— dice haciendo una mueca.

—No, no pasa nada, hiciste bien en decírmelo, nos vemos luego Asthon— le doy un beso en la mejilla y subo a mí bebé hermoso.

—Si, claro— responde con una sonrisa.

Asthon es amigo del vecindario y aveces trabaja con su padre que es mecánico.
Lo conozco hace tres años, tiene mí edad y aunque va a otra escuela, cada tanto nos vemos.

Es un gran chico y muy guapo. Demasiado. Muy demasiado.

Es como una imitación de un muñeco Kent.
Piel blanca, ojos celestes, cabello muy amarillo, y nunca se lo tiñó y cuerpo de muerte.
Como dije, un Kent de la vida real.
Es muy buena persona y muy lindo pero no es mí tipo y aparte tiene novia que también me cae súper bien y que es la Barbie de la vida real. Son tal para cual.

El Miedo De Ámbar #1 Where stories live. Discover now