Capítulo 18: Palabras inesperadas.

396 86 34
                                    

Hablando de más. Que raro Ámbar. Que raro.









—Yo...— ¿Qué hago?

Ryan me mira intrigado y nervioso.

Sus piernas temblando bajo la isla.

¿Quiero ir con él?

Claro que sí.

¿Eso me hará bien.

Claro que no.

El sentimiento se intensificará y lo sé. Lo que no sé es si estoy preparada para eso.

Y Ryan se ilusionara. Me dijo que me ama. O es lo que creo un 99%.

Nos podríamos hacer mucho mal como también mucho bien.

Pero quiero. De verdad quiero estar una semana con él.

Quiero paz. Tranquilidad. Alejarme de los problemas y de todo lo que me rodea.

—Ok, vamos a Grecia— sonrío y mi mamá grita aplaudiendo.

Dios, y tiene cuarenta años, no catorce.

Cassie viene a mí y me abraza.

—Sabía que ibas a aceptar— susurra.

—Sí, creo que yo también.

Se separa y vienen mis papás a abrazarme los dos.

—Ay, mi bebé se va a ir solita.

—Mamá solo me voy una semana en un mes recién. No voy a casarme, por dios, suelta, suelta— la quiero separar antes de que me mate.

—Nunca entenderás.

Se ríe y se vuelve a sentar.

—Yo aún no estoy del todo convencido. Enseguida lo voy a interrogar— lo señala a Ryan y él se intenta reír.

—Papá...— advierto.

—Es mi deber como cualquier padre normal.

—¿Qué te dije papá?— ruedo los ojos.

"No por intentar ser normales seremos perfectos".

—Exacto, no por interrogar a un amigo de tu hija serás el padre perfecto. Lo eres para mí siendo como tú eres.

—Solo ke...—

—Sisi solo él diría la frase que dijiste— entre menos se diga el nombre de Kevin en casa mejor. Mucho mejor si hay invitados.

Me besa el pelo y se separa.

Cuando veo al frente Ethan desapareció.

Frunzo el ceño.

—¿Linda?

—¿Sí?— lo miro a Ryan rápidamente.

—¿Estás convencida del todo?— sonrío. Solo con unas pocas palabras me alegra el día.

—Sí, solo estoy un poco desorientada— me río.

—Igual tienes un mes para pensarlo.

—Lo sé. De verdad gracias Ryan— beso su mejilla, él se sonroja, mi madre y Cassie hacen un coro de "Awwwww" y mi papá alza una ceja.

—No es nada, luego hablamos, tengo que ayudar a mi papá con algunas cosas de su trabajo.

—Te acompaño.

—Yo también me tengo que ir. Hoy ví una nueva tienda de lencería y no me la pierdo por nada del mundo. Voy a mí casa a ver en mi computadora los precios para ir mañana— todos nos reímos.

El Miedo De Ámbar #1 Where stories live. Discover now