Tine en adultolandia

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—¿Tienes en claro tus sentimientos y lo que te gusta realmente?

Fue algo que desde los dieciséis años le preguntaron a Sarawat y desdé ese entonces no supo que responder, no creía en el amor romántico, no creía en el amor verdadero, solo creía que era simple atracción y admiración profunda, no sabía de orientaciones sexuales ni nada de eso. Pero no le importaba.

—Él día llegó y no lo pude detener.

Tine besó a Mil frente su edificio, muchas personas estaban ahí con una gran sonrisa en la cara, pero no podía hacer nada, él se rindió ante Mil y le dijo que no intentaría nada más, aunque quisiera ahora estaría muy, muy ocupado con su padre en la empresa ¿Por qué tuvo que ser hijo único?

Ver que besarán a Mil era raro... Más si era Tine quién lo besaba.

No iba negar que Tine le gustaba, o lo que sea que se le llamé a como lo tenía.

Los días pasaron, los chicos del edificio de medicina tuvieron un evento ya organizado por la universidad, los llevarían a hospitales y un pequeño campamento de practicas por dos semanas, eso le agrado mucho a los chicos de medicina púes sería algo nuevo para ellos.

Pero a Mil, no le gustó para nada, rogó y rogó a dirección que lo dejarán ir junto a los chicos pero lo rechazaron múltiples veces y le dijeron.                  — Amenzaron— Con que sí iba o lo veían cerca del lugar lo expulsarían de la universidad y ya nunca lo dejarían entrar ni a la entrada del lugar.

Por él, todo estaba bien pero su padre que estaba de viaje en España no le gustaría mucho la idea.

Sarawat estaba de camino a la empresa de su padre pues lo había mandado a llamar múltiples veces incluso mando a sus ayudantes de oficina a ir por él a la universidad, como si fuera un niño pequeño...

Cuando llegó a la oficina de su padre abrió la puerta del lugar mientras se subía el cierre de su chaqueta. Grande fue su sorpresa al ver a su padre ahí, pero no solo.

Con Mil.

—¿Qué mierda?...

Dijo lo bastante alto para que su padre lo escuchará y regañara.

—Lenguaje—Regaño.

—¿Qué hace Mil aquí?

—¡Hola!—Saludo él otro mirándolo muy divertido y con una sonrisa.

—Él está aquí por que lo mande a llamar y dejame decirte que llego primero que tú, que tú que eres mi hijo de sangre.

Por lo dicho rodé los ojos ya un poco cansando de la situación.

—Esta bien, lo siento pero ¿Me puedes decir por que él está aquí?

—Es fácil Sarawat hijo, ustedes dos están aquí por que les quiero dar un pequeño trabajo.

—¿Cuál?—Preguntaron al unísono.

—Irán ustedes dos juntos a New York, Tú Mil, lo acompañarás para que Sarawat cierre tratos con empresas de moda y maquillaje.

—¿Qué? ¿Pero por que con Mil? En ese caso puedo ir yo solo papá.

—¿Ah? Pensé que Mil era tu mejor amigo.

No estaba muy enterado de la relación que esos dos sostenían.

—¡¿Amigo de esa cosa!? Papá, él no es mi amigo.

—¡Hey!—Reclamo un poco Mil.

—Lo siento padre peto tendre que ir yo solo.

—No se puede...

—¿Por qué?

—Ya mande a limpiar la casa de allá y compre dos boletos... Pss.

—Pe-

Fu interrumpido por el mayor.

—No, sin peros, ya no hay opción, irán juntos.

—¡Padre no!

—¡Padre si! —Devolvió el hombre mayor.

Sarawat miró con odio al otro chico y se dio la vuelta y salió sin azotar la puerta púes le iría peor. Él padre de Sarawat le hizo una señal a Mil para que siguiera a su hijo y esté obedeció despidiéndose.

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