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Tine seguía en la enfermería realmente cansado, así decía sentirse el, aunque nadie le creyera.

—Señorita enfermera ¿Como no voy a sentirme mal? si dos chicos fornidos y que van cada fin de semana al gimnasio me cayeron encima para pelearse a golpes, esperó nunca le pasé a usted.

La enfermera rodo los ojos y lo dejó solo para que sus amigos pasarán, hace unos minutos esos dos matones habían venido a ver al chico y terminaron peleando nuevamente hasta que la enfermera los sacó.

—Hola Tine.

—Hola chicos.

Se saludaron y le dieron una cajita de leche a Tine.

—¿Como te sientes?

Le preguntó Ohm.

—Mejor, pero quería volver a casa.

—Debió de ser duró para ti, te llegaron golpes perdidos, te llegaron como en feria.

Puak le acarició un poco el hombro y Fong tan sólo asentía, pobre de Tine.

Tine solo suspiró muy profundo y prefirió cerrar los ojos unos minutos y echarse en la camilla que estaba ahí.

Hasta que Puak rompió ese pequeño silencio.

—Si yo fuera tu realmente no desaprovecharía esta oportunidad.

Tine volvió a levantarse de la camilla hasta quedar sentado sobre esta, miró con cierta duda a su amigo y por fin le contestarón.

El que contestó fue Ohm.

—Si Tine, esos dos chicos además de ser espectaculares alumnos, unos deportistas natos y los más populares de aquí son mega multimillonarios por parte de sus familias, es seguro que se quedarán con la herencia de todo.

—Si yo fuera tu Tine, no desaprovecharía esta oportunidad, aunque yo no fuera gay.

—Claro, dicen que tienen una actitud de mierda.

—Cierto, pero dinero es dinero.

Fong les dio un golpe a esos dos.

—¿Como se atreven a corromperle la mente a Tine? No sean estúpidos y callense de una vez.

—Pero Fong, tu intentaste golpear a Sarawat.

Dijo Ohm y Fong le calló.

Tine aún no comprendía nada.

—¿Por que me debe de interesar cuanto dinero o cosas tengan? A mi no me puede gustar ninguno de los dos.

Dos de sus amigos lo miraron un poco cansados.

—Tine, ellos te comprarían todo lo que quisieras, si, incluso una alpaca.

A Tine se le iluminaron los ojos, después de años podría cumplir su sueño.

Fong lo sacó de su fantasía.

—Recuerda que no debes de ser aprovechado, además tu sabes que no debes de pedir dinero, no, no, no puedes aprovecharte de ellos ni darle falsas ilusiones para que te compren lo que tu quieras.

Tine entendió, Fong tenía razón.

—Pero ¿Que tal si me hago amigo de esos dos? Los amigos están obligados a regalarte cosas en tu cumpleaños y ¿adivinen quien cumple años en un mes y medio?

Fong lo miró con frustración.

—Bien Tine, haz tus jugadas, pero va ser difícil que no crean que les estas dando una oportunidad.

Tine en adultolandia Where stories live. Discover now