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Era hora de la comida, los chicos y él fueron juntos al comedor, Tine estaba muy inquieto, haciendo que los demás supieran la razón.

Quería algo.

—Tine ¿Alguien te llamó la atención? ¿Quieres que te compremos algo verdad? Dinos que es.

Tine le sonrió a Puak.

Bueno, le habían descubierto.

—No, no lo se, quiero estar junto a ustedes todo el día pero también quiero que me compren mi bebida favorita.

—Nos utilizas.

—Pero quiero estar con ustedes todo el día.

Realmente Tine tenía miedo de andar por ahí solo y que ese chico Sarawat se apareciera frente a él.

—¿Que hiciste con las rosas que te dio?

Tine miró con obviedad a su amigo.

—Puak, permiteme preguntarte ¿Que se hace cuando alguien que no te gusta y te asusta mucho te da un regaló?

—¿Lo aceptas?

—No, lo tiras al cesto de basura.

Ahí estaban esos dos chicos discutiendo si verdaderamente era buena idea tirar o conservar regalos de personas, Fong y Ohm tan solo miraban la escena sin decir nada.

Todo acabó hasta que Ohm le señaló a Fong el montón de gente que se estaba acercando a ellos junto con Sarawat y una bandeja de comida.

También la bebida favorita de Tine.

Un Blue Hawaii.

—Tine.

Lo llamó Fong pero este seguía discutiendo.

—Espera, Fong, No Puak, es absurdo.

—Tine.

Volvió a llamar.

—Que te esperes, mira Puak, no me importa que te hayan regalado una hamburguesa ¿Por que hablas con extraños? Solo habla conmigo.

—No era un extraño, era mi primo.

—¡Tine!

Tine volteó a mirar a su amigo que ya lo tenía harto pues ni agusto lo dejaba hablar, error de él.

Volteó y vio que estaba Sarawat mirándolo con una gran sonrisa, en sus manos cargaba una bandeja de comida.

—Hola Tine ¿Que haces?

Tine cubrió su rostro con sus manos y trató de esconderse.

"No, no, no ¡Esto no puede estar sucediendo!"

Tine estaba en sus propios pensamientos, no quería ver a nadie ahora mismo, juraría que todos veían como estaba temblando.

—Tine ¿Estas bien?

No, el no podía seguir ahí.

Salió corriendo sin decir nada escapando de ese lugar, sus amigos lo persiguieron púes algo podría pasarle.

Sarawat se quedó ahí sin decir nada.

—¡Tonto, Tonto, Tonto!

Tine seguía corriendo con el rostro tapado por sus propias manos, no podía ver nada pero aún así seguía corriendo, fue hasta el momento que chocó con alguien.

—Hey, hey, hey ¿Que pasa bonito?

¿Bonito? ¿BONITO? ¿Quien le había dicho de tal manera? Tine se había enojado por eso, levantó su cabeza y miró a un chico de piel muy blanca, cabello negro y su sonrisa... Le estaba sonriendo.

Tine en adultolandia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora