Volvimos al juego [MMAG 2]

[16] La discoteca (2/2)

El grupo había salido de la casa, al cerrarse la puerta, Cory se levantó animoso del sillón. Sentía mucha emoción por ir a ese bar con Kyle, tenía un presentimiento de que se divertirían un montón.

—No entiendo porque te quisiste quedar —dijo Darren frunciendo el ceño.

—En realidad voy a salir —confesó— con Kyle.

—¿Te das cuenta que mentirle fue una pésima idea?

—Si, pero decirle la verdad también sería una mala idea —contestó.

La puerta principal volvió a abrirse, esta vez era Kyle, quien estaba fumando afuera de la casa. Al ver que todos se estaban yendo a la discoteca, supo que era su turno de salir.

—¿Listo para ir por unas cervezas? —preguntó quitándose el cabello de la cara.

—Totalmente, pero antes... —dijo Cory mirando al castaño— Darren, necesito que nos cubras por favor.

Ambos chicos hicieron un puchero, necesitaba que alguien les cuidara la espalda en caso de emergencia.

—¿A cambio de qué?

—Lo que quieras, pero solo di que si —suplicó Kyle con una sonrisa.

—Bien, los días que me toque hacer limpieza la hacen ustedes.

—Trato —dijeron al unísono para salir de la casa tranquilos.

Se subieron a la motocicleta de Kyle, la cual le quedó gustando al británico desde la ultima vez que fueron al bar. Cuando estaban en la secundaria recordaba tenerle mucho miedo, pero ahora se sintió lleno de adrenalina y feliz.

—¿Estas listo? —preguntó el rubio arqueando las cejas.

—Totalmente —respondió.

[...]

Las luces de la discoteca se habían vuelto a encender, pero Teddy y Brooke estaban ignorando todo lo que sucedía a su alrededor. Era un beso completamente apasionado, se sentía como si ambos hubieran estado esperando ese momento hace tiempo atrás.

El castaño se detuvo lentamente y abrió sus ojos contemplando a la chica muy de cerca. Todavía acogía con sus manos las mejillas de Brooke, que estaban rosadas por el calor que hacía dentro del local.

—Hola —susurró sonriendo. Las puntas de sus narices se seguían tocando suavemente.

—Hola —contestó ella contagiándose de la misma sonrisa boba— hace un poco de calor, ¿No crees?

—Tal vez deberíamos salir a tomar aire.

—Buena idea.

Brooke comenzó a avanzar entre la multitud hacia la salida e instintivamente le tomó la mano al castaño para que no se quedara atrás. Cuando sus dedos se entrelazaron fue una sensación extraña, llena de mariposas en su estómago, pero que no era para nada desagradable.

Sintieron la brisa marina en sus caras a penas cruzaron la puerta de la discoteca, estaba bastante frío a esas horas. Sin embargo, se sentaron en una banca cerca de un árbol.

—¿Crees que nos hayan visto? —preguntó la chica— estuvimos un buen rato ahí.

—No lo sé, tampoco me importa —contestó— en ese momento sólo estaba pensando en una cosa.

—¿Cual?

—En ti, Brooke —dijo mientras le apartaba un mechón de la cara.

La rubia dirigió su mirada hacia el suelo, estaba totalmente sonrojada. Era un comentario tan simple, pero no pudo evitar sacarle una sonrisa enorme.