*CONFIESA!*

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"Hanna, quieres salir de un maldita vez ya del baño?"

"Odio tener que estar encerrada en este lugar!"

Ericka está encerrada conmigo en este semi higiénico espacio donde corrí a refugiarme después de que entraramos a la habitación de Leo y encontrarlo despierto.

"Porque estás actuando asi ahora?"

"Vamos tienes cuarenta años no quince!"

"Actúa como la adulta racional que eres!"

Ericka en verdad no me entiende.

Nadie puede entenderme, ni yo misma me entiendo.

Esto es nuevo.

Me está destrozando por dentro!

Lo que sea que me esté pasando está removiendo todo dentro de mi.

Cosas que había enterrado para mi bien, cosas que había dejado ir, ahora regresan a mi para darme en la cabeza, en mi dignidad y mi fallido orgullo.

"Tengo miedo Ericka, es que no lo entiendes?"

"De que carajos tienes miedo?"

"No provocaste el accidente!"

"Leo está despierto ahora, vamos con él!"

"Que esperas?"

Volteo a verme en el espejo y al menos mi reflejo es más amable conmigo.

Después de que Ericka saludó como si nada a Leo, ella se sentó en la silla extendiéndome ropa limpia.

La verdad es que si me sentía demasiado sucia.

Aunque podría haberme dado una ducha en este hospital, la verdad es que me parece un tanto antihigiénico.

Además de que podría entrar sin anticipación alguna enfermera o médico chismoso.

Por lo que solo podía cambiarme por ropa limpia.

Mientras Leo nos mira a las dos detenidamente, en especial a mi, me siento cohibida.

Se que mi semblante debe ser horrendo.

Estoy más que segura que Leo nunca antes me había visto tan horrible!

Cuando no soporte más la poderosa mirada de Leo sobre mi mientras permanecía en silencio total, tomé la ropa con mis manos antes de encerrarme en el baño.

Solo cinco segundos después Ericka había entrado para intentar arrastrarme fuera.

Me había arreglado un poco lavándome la cara con espuma facial.

Me puse mi suero efecto botox además de un poco de maquillaje.

Le di un poco de color a mis pálidos labios, trate de hacerme un moño desenfadado en el cabello, pero el dolor de cabeza me lo impidió.

Por lo que me hice una trenza suelta para que me viera lo más presentable posible.

Mi ropa colección hospital consiste en un ropa deportiva negro y zapatos deportivos.

Lista, estaba lista para ir a un funeral si lo requería.

Pero no estoy lista, ni tengo fuerzas para salir y enfrentar a Leo.

No quiero, no quiero!

Por eso ahora Ericka, mi amiga entrañable, mi confidente de aventuras, mi socia de negocios está conmigo regañándome como la niña boba que en el fondo aún soy.

"Ya Hanna, deja las tonterías y sal!"

"Te ves bien así."
Comenta ella con fastidio.

"Bueno te ves lista para el funeral de alguien, pero también te ves bien!"

LA DÉCADA ENTRE NUESTRO AMOR Where stories live. Discover now