Capitulo 2 (parte 1)

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Capitulo 2

Lady Brittany Pierce se miró en el espejo de cuerpo entero sin ver realmente su imagen. U buen puñado de pelo lacio color oro permanecía domado en forma de diadema en la coronilla de su cabeza; los impresionantes ojos azules y las suaves curvas quedaron borrados por las funestas predicciones que le estaba susurrando su vieja nana al oído.


-No te casaras con el jefe de los Evans, muchacha –siseo la vieja nana –. No está hecho para ti.

-Oh, nana, ¿Por qué tienes que ser tan escéptica? –la respondió Brittany –Sabes que mi padre escogió a Sam como esposo para mí. Él nos protegerá a todos si el rey de Inglaterra recuerda que mi padre guio un regimiento de las Tierras Altas en el páramo de Culloden y decide castigarnos. Hemos conseguido pasar inadvertidos para él gracias a la lejanía de Misterly, pero necesitamos a Sam y a los hombres de su clan por si el inglés recuerda de pronto que existimos.

-No te casaras con el jefe de los Evans. –repitió nana –es un proscrito y traerá problemas a los miembros de nuestro clan.

Brittany se apartó del espejo.

-No seas estúpida, Nana. Me voy a casar con Sam. Los miembros de su clan y el ya han llegado a la iglesia del pueblo. Me están esperando abajo para acompañarme al altar. Es hora de irnos, ¿vienes conmigo?

-No saldrás del castillo –dijo nana con obstinación.

Brittany soltó una carcajada impropia de una dama.

-Realmente me pones a prueba, nana. Aunque te quiero mucho, no puedes evitar que suceda lo que está escrito. No conozco bien a Sam, pero estoy segura de que llegaré a amarle. Ambos odiamos a los ingleses y somos acérrimos defensores del joven pretendiente al trono, el príncipe Carlos. Tenemos muchas cosas en común.

-Tal vez no todos los ingleses sean malos –aseguró nana misteriosamente.

- ¡Ja! Cuéntale eso a quien quiera creerte. Todos los ingleses son unos asesinos.

-Adelante, entonces. –murmuro nana dando por zanjado el tema –pero acuérdate de mis palabras, muchacha, no vas a casarte con el jefe de los Evans. Mis "voces" hablan de una mujer. Tu destino apunta a otra dirección.

-Talvez creas que oyes voces, pero yo no tengo fe en esas cosas –gruño Brittany –ni tampoco creo en las hadas, en espíritus ni en brujas.

-siempre fuiste una niña muy obstinada –protesto Nana - ¿Cómo crees que te encontré esas veces que deambulabas sola afuera del castillo? Fueron mis voces, eso te lo aseguro, pero no importa. Algún día aprenderás a confiar en mí.

-Creo en ti, Nana. –le aseguró Brittany –, pero no en tus extravagantes predicciones. Reconozco que has acertado en muchas cosas, pero esta vez te equivocas.

-No días que no te lo advertí, muchacha.

Brittany suspiró mientras recogía un ramo de flores recién cortadas y se giraba una vez más para mirarse en el espejo de cuerpo entero. Había escogido llevar el atuendo de cuadros de los Pierce para la boda, y sabía que el gris, el verde y el blanco le iban bien, aunque era un tanto pálida. Se pellizco las suaves mejillas para conseguir un poco de color y se apartó del espejo. Sus delicadas facciones se le marcaron con determinación, y salió por la puerta sin esperar a ver si Nana la seguía. Iba a casarse con el jefe Evans tal y como deseaba su padre, y nada ni siquiera la vivida imaginación de su vieja nana, iba a impedírselo.





El Sabor del Deseo (ADAPTACION BRITTANA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora