Capitulo 9

293 22 9
                                    

Capitulo 9

Brittany se preparó para la ira de Santana cuando se abrió la puerta del dormitorio. Estuvo a punto de desvanecerse de alivio cuando Nana, y no ella, entró en la habitación.

-¿Qué has hecho, muchacha?

No había nada en la expresión de Nana que pudiera ofrecerle consuelo. Brittany sólo vio compasión y preocupación.

-No he hecho nada, Nana. Sam Evans quería que matara a Santana y que abriera la puerta de atrás, pero no pude hacerlo. Ni siquiera traje al dormitorio de Santana el cuchillo que Sam Evans me dio.

-¿Por qué no me lo advirtieron mis voces? -gimió Nana-. Sabía que algo no iba bien, pero la tensión entre lady Santana y tú era tan fuerte que no pude llegar al corazón de las cosas. Tendría que haber estado más alerta.

-No podrías haber hecho nada, Nana. Sam Evans entró en el patio disfrazado de comerciante y esperó a que me quedara sola para acercarse a mí. Me entregó un cuchillo y me dijo que tenía que matar a Santana, hacerle una señal cuando hubiera acabado y abrir la puerta posterior.

-No pudiste matar a lady Santana -dio por hecho Nana.

-Así es. Ni tampoco pude hacer la señal cuando Santana se hubo dormido. No quiero que muera. Lo que hiciera en Culloden no importa.

-¿Qué va a ser de ti, muchacha? -preguntó Nana con ansiedad.

-Nada bueno, supongo.

Nana se la quedó mirando fijamente, sus amables ojos azules clavados en algo que sólo ella podía ver. Cuando por fin habló, su voz sonaba aguda y hueca, como si hubiera atisbado el futuro y tuviera miedo de las consecuencias.

-Ah, muchacha, te esperan tiempos difíciles.

-No pueden ser más difíciles de lo que son ahora -se mofó Brittany.

-Temo por ti -dijo Nana escudriñando el rostro de la joven. -Pero eres fuerte, sobrevivirás. Tu amor y un niño en futuro traerá la paz a Misterly ya los Pierce.

Brittany se quedó muy quieta.

-¿Mi hijo y el de Sam? Nana se rió entre dientes. Pero cuando iba a explicarse, la puerta se abrió de golpe y Santana entró en la habitación.

-¡Fuera de aquí, mujer! -bramó señalando a Nana con furia. Nana pasó por delante de ella.

-No le hagas daño, mi señora -le advirtió-. O destrozarás tu propio futuro.

-Vieja chismosa -murmuró Santana cerrando de un portazo tras ella.

Se dio la vuelta y miró a Brittany con los ojos entornados. Brittany aspiró con fuerza el aire para calmarse, pero no sirvió para tranquilizar el errático latido de su corazón.

-Se han escapado -le espetó Santana-. Todos y cada uno de ellos, maldita sea. Mi instinto me pide que ataque su baluarte, pero mi corazón sabe que otro Culloden no favorecería los intereses de Inglaterra.

Brittany no dijo nada y calculó la ira de Santana. Esperó con respiración entrecortada a que diera rienda suelta a su terrible mal humor mientras se movía arriba y abajo por delante de ella como un toro rabioso. No tuvo que esperar mucho.

-¡Todo lo que sucedió anoche entre nosotros fue una mentira! -arremetió contra ella. -Tu querido Sam Evans me hubiera asesinado en la cama mientras tú le animabas a hacerlo.

Brittany reculó ante su furia.

-¡No! Iba a advertirte, no a matarte.

El sarcasmo de Santana le dolió en lo más profundo del alma.

El Sabor del Deseo (ADAPTACION BRITTANA)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt