Capitulo 28; Sangre derramada

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-¿Estas segura? –Martín preguntaba a Mariana mientras guardaba el arma en su cinto

-Si, le oí hablar con uno de sus guardias –Mariana cogio su pañuelo negro

-Entonces recemos porque sean ellos –Tano afilaba su navaja con la mirada perdida

-Que recen ellos –Mariana se coloco el sombrero –Les hará falta

La banda estaba bien situada, cada uno escondido tras los matorrales para llevar a cabo su nueva misión, el gobernador traía a Santa Lucia a nuevos “esclavos” como el los llamaba  Hombres, mujeres y niños, de otros países que eran detenidos y trasladados a Santa Lucia para trabajar en las minas, en lugar de permanecer en las cárceles de sus países  No había peor destino que este, sufrir las torturas y trabajar hasta la muerte, el gobernador no valoraba para nada a ninguno de ellos y los explotaba al máximo para recuperar los centavos que les habian costado y un buen beneficio

-Ahí llegan jefe –Gabriel salto del árbol en el que estaba subido observando y todos se preparan para atacar

Esperaron a que la carreta con los esclavos estuviera en el lugar planeado, franqueada por dos guardias, a parte del que la llevaba

Cuando se disponían a asaltarles por sorpresa, salieron unos jinetes vestidos de negro de la nada, que apuntaban a cada uno de los soldados

-¡Suelten las armas! –Uno de ellos, parecía ser el jefe, con pantalón, camisa, chaqueta, botas y guantes negros golpeo al que llevaba la carreta   Los muchachos observaban sin saber como reaccionar, Jorge estaba atento a ese jinete, que ocultaba su rostro con un sombrero negro y un pañuelo  -¡Ahora!

-¡No se la jueguen señores! –Otro se bajo de su caballo y fue hasta la carreta

Los chicos preguntaban a su jefe que hacer, entonces Jorge decidió pasar a la acción

-¡Me parece que los que van a soltar sus armas son ustedes señores! – Apunto al que parecía ser el jefe, que permanecía sobre su caballo mientras los muchachos apuntaban a los demás  -¡Esta captura es nuestra!

Dos de los jinetes desmontaron de sus caballos y se dispusieron a soltar las armas, mientras un tercero acercaba el caballo junto a la carreta

-¡Ahora! –El jefe pataleo a su caballo que se levanto en el aire haciendo retroceder a Jorge, el jinete que estaba junto a la carreta le golpeo haciéndole caer, mientras los otros desarmaban a los chicos y el que montaba su caballo junto a la carreta saltaba sobre ella tomando las riendas

Todo paso demasiado rápido, la carreta salio disparada guiada por uno de los jinetes mientras los otros montaban sus caballos y el jefe inicio el galope

-¡Maldita sea! –Jorge se levanto mientras el jinete que le golpeo subía al caballo, recogió su arma y de un disparo certero irio al jefe en el costado, que ante el impacto cayo del caballo

-¡Morena! –El jinete que había golpeado a Jorge bajo del caballo corriendo y gritando, en cuanto todos lo oyeron se quedaron petrificados  Jorge solo era capaz de mirar al hombre que acababa de disparar y a su pistola

El juego del destinoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ