Capitulo 35; Fui yo

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-¿Sabes donde esta José? –Martín miraba con el ceño fruncido a Mariana que bajaba las escaleras con su vestido rojo de media manga y escote redondeado, que se estrechaba en su cintura y después se abría con un poco de cola al final  Unos guantes negros y altos adornaban sus manos y una diadema con piedras rojas rodeaba su cabello recogido, dejando caer algunos rizos

-Si, fue con Tano al campamento –En cuanto ella contesto el se puso nervioso –Sabes que iría por si solo, lo mejor es que fuera con Tano, el le cuidara

-Estas muy guapa –Martín la miro de arriba abajo –El gobernador va a pensar que estas celebrando la proximidad de la boda

-Lo que estoy deseando celebrar es su fin –Mariana sonrió –Esta es la noche, todo acabara y al fin podré enfrentarle

-Nada me gustara mas que ver la cara del gobernador cuando le plantes cara –El rió guiñándole un ojo –Él que pensaba que te tenia en sus manos

-Pero es el, el que estaba en mis manos –Mariana suspiro –Se arrepentirá el resto de su vida de haberme conocido

-¿Estas nerviosa? –Martín le tomo una mano y se la beso –Sabes que estaré con tigo en todo momento

-Lo se –Mariana le abrazo y le dio un beso en la mejilla –Lo único bueno de todo esto es que ha servido para que tu y yo dejemos de pelear

-Tampoco te hagas tanto a la idea –El le guiño un ojo –Que cuando todo acabe no perderé oportunidad de ganarme tus puñetazos

-Y yo estaré encantada de dártelos –Ella rió mientras caminaban hasta el carruaje, que Martín guiaría hasta la casa del gobernador

-Creo que tu no tendrías que haber venido hijo –Miguel miraba a Jorge serio –No busques problemas

-Estoy muy tranquilo padre –Jorge miraba al gobernador con el ceño fruncido

-No quiero que Mariana tenga problemas –Leonor miro a Jorge a los ojos –No los causes

-La familia de La Vega, bienvenidos –Roberto se acerco sonriente –Mi prometida debe estar a punto de llegar

-Es una hermosa fiesta señor gobernador –Leonor trato de ser condescendiente

-Gracias Doña Leonor –El le sonrió –Pero por favor llámeme Roberto, en unos días seremos familia

-No hay duda de que tiene buen gusto señor gobernador –Uno de los invitados se acerco sonriente mirando hacia la puerta de entrada –Su prometida es preciosa

-Una belleza –Roberto admiraba a Mariana que entraba sonriente del brazo de Martín, se quedo hipnotizado, estaba preciosa y pronto esa mujer seria toda suya –Si me disculpan

-Esta preciosa –Leonor la observaba con el ceño fruncido, mientras el gobernador caminaba hacia ella y Jorge observaba la escena furioso apretando los puños

El juego del destinoWhere stories live. Discover now