Capitulo 13; Viaje

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Apenas estaba amaneciendo y el carruaje estaba listo y todos los baúles cargados, Gabriel y Tomas tomaron posición llevando las riendas, mientras Santiago acercaba el caballo de Jorge y el de Miguel, ellos decidieron hacer el viaje cabalgando.

-Buenos días señores –Leonor apareció ante todos con un vestido verde claro con sombrero a juego y por supuesto su abanico.  Miguel se acerco a ella y la ayudo a subir al carruaje.

-Hola –Mariana seguía a su tía, vestida con un traje rosa con lazos blancos, su abanico blanco y su pelo suelto sujeto con un sombrero.  Jorge se quedo observándola embobado hasta que ella le saco de su trance -¿Todo esta listo?

-Si –Jorge reacciono y se acerco a ella para ayudarla a subir al carruaje  -Aremos un alto en el camino para almorzar y el siguiente será al anochecer.

Una vez Mariana y Leonor tomaron sus lugares en el interior del carruaje, Jorge y su padre montaron a sus caballos y todos iniciaron el viaje.  Tanto Mariana como su tía podían oír la conversación de Jorge, Miguel, Gabriel y Tomas, pero se encargaron de que ellos no pudieran oírlas hablando bajo.

-Y dime niña ¿Cómo es que Jorge te regalo un broche? –Leonor pensó que era el momento ideal para averiguar

-No se, simplemente me lo regalo –Mariana se quedo pensativa, quizás debiera informar a su tía del beso ¿Cuál de ellos? –Me beso

-¿Qué? ¿Cuándo? –Leonor se incorporo hacia delante para oír bien a su sobrina

-Pues, anoche antes de entrar al comedor y en la fiesta del gobernador y cuando me mostró mi habitación y el día de la boda en el carruaje, de regreso –Mariana trato de recordar todas las situaciones –No recuerdo si hubo mas ocasiones

-Oh claro, ¿Cómo vas a recordarlo? –Leonor hablaba irónicamente –Es de lo mas normal que un hombre te bese.

-Olvidas un detalle tía, es mi marido –Después de decirlo ella frunció el ceño –Bueno a los ojos de todos lo es.

-Ten cuidado Mariana –Leonor suspiro, se estaba preocupando –No olvides que no estáis casados

Ninguna de las dos volvió a pronunciar ese tema de nuevo, hablaron de lo que tenían que arreglar en la casa y las ganas que tenían de llegar a los Ángeles.  Después permanecieron en silencio observando por las ventanillas el paisaje, hasta que Leonor se canso.

-Niña, ¿por que no cantas un poco? –Leonor miro sonriente a su sobrina, en muchas ocasiones en las que viajaban ella hacia notar su hermosa voz y alegraba el viaje

-No tía –Mariana se sonrojo –Como crees que voy a cantar con ellos fuera

-Vamos –su tía  puso los ojos en blanco –Como si a ti te importara  Por favor, se me esta haciendo el viaje eterno

Mariana suspiro y comenzó a cantar, sin saber que todos fuera del carruaje permanecían en silencio hipnotizados por su voz y oyendo la canción que ella dejaba salir de su corazón;

El juego del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora