Destino |Tom Riddle| (Editando)

𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟿: 𝙵𝚞𝚎𝚛𝚊 𝚍𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕

Lord Voldemort  logró su primer objetivo, el caos. Logro hace que su mundo este en un caos tan profundo, que eso a él le encantaba. En cualquier momento dejaba de ser Tom Riddle, para convertirse oficialmente en Lord Voldemort, el hombre que siempre debió ser.
Sus horrocrux estaban listos, su plan estaba listo, solo falta ella Mía Stark. La niña que, sin pensarlo, hizo que este sumamente atento a cada palabra y gesto que ella hacia, se había vuelto loco por ella. Ningún plan que tenía, había salido como el lo esperaba, pero luego creyó, que era lo mejor esperar a que este en Hogwarts. Era la única manera de conseguirlo. 

Lord Voldemort, estaba fuera de control y eso sus seguidores lo sabían a la perfección. Lo que el pedía, era lo más extraño, más aún porque se trataba de una sangre sucia. Algunos hasta sentían que su lord había perdido la cabeza por completo, otros, sostenían que era algo que tenía planeado y que no lo podía hacer sin la niña junto a el y que no era nada sentimental o eso creían. 

Pero lo que ninguno sabía, era que Lord Voldemort no tenía ninguno plan para utilizar a la niña, era un capricho, su capricho tenerla solo para el. La magia que florecía dentro de la muchacha, era una magia bastante poderosa, inclusive más que la de el, no tenía idea, como una simple muggles como ella; podía tener, esa magia tan peculiar. Lo que no sabía Lord Voldemort, es que no era una magia, como la magia que tenia el o alguien de sangre pura, normalmente, lo que tenía la muchacha Stark dentro de sus células, siempre era confundido con la magia que se frecuentaba en Hogwarts, pero eso no era lo que ella tenía, era algo bastante más poderoso y el director de Hogwarts, Albus Dumbledore lo sabía también. El saber que Dumbledore conocía tanto como el- o capaz no- el poder que tenía la niña, lo hacia volver loco, Dumbledore para Lord Voldemort, era un manipulador de primera, capaz uno mucho mejor que el. 

Lord Voldemort, sabía diferenciar entre el amor verdadero y la obsesión, cosa que aún que no le gustaría admitir el mismo se había obsesionado, hasta tal punto de perder el control sobre sus emociones. La niña en sus clases, mostraba un cierto interés que muchos no lograban tener y se adaptaba a la perfección o eso creía el. Era inteligente, ambiciosa y por sobre todo, con un mentalidad bastante madura para su edad. Según el, ella era perfecta para Slytherin, pero solo había un pequeño problema, Slytherin solo aceptaba A magos de sangre pura y muy rara vez a mestizos, cosa que era bastante graciosa, porque el era un mestizo, pero con la única diferencia; es que el, era el descendiente del mismísimo Salazar Slytherin.
Lord Voldemort  veía en la niña, algo que nadie más veía en el mundo de la magia y era el poder.  Su conocimiento y sed de inteligencia, a ella le superaba y bastante, algo que era asombroso.
Lord voldemort, caminaba por su mansión con Nagini- Su serpiente- al lado de el. Era asombroso, según su punto de vista, como una serpiente, podía causar tanto miedo en una sola - o varias- personas. Solo muy pocos tenían el privilegio de no ser seguidos por ella. Nagini para el, era especial, es como su confidente, era la única que lo entendía, capaz porque el era uno de los muy pocos seres humanos que podía hablar con las serpientes, que podía hablar pársel.

- Nuestro plan se está por llevar a cabo en cualquier momento, mi querida Nagini- Le siseo Lord Voldemort, mientras llegaba a su biblioteca.

Y la verdad era, que en cualquier momento, llegaría al poder. Porque Lord Voldemort es el mago tenebroso más importante de toda la historia y eso, el lo haría saber.