𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟸: 𝙻𝚊 𝚌𝚎𝚗𝚊

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Día tras día y noche tras noche, la muchacha Stark trabajaba en su último proyecto tratando de ver si había un detalle que paso por alto o reparando los errores. Su padre, por otro lado, trataba de seguir con el rescate del Capitán América y junto con su tía Peggy, tratar de armar una organización que defienda al mundo de los enemigos o algo así entendió Mía.
No quería involucrarse mucho en el proyecto de su padre, creía que no tenía la capacidad necesaria para hacerlo. Leer todo lo que implicaba el teseracto, era un desafío constante y que por más que utilizase eso para su proyecto, creía que lo que sabía de ello era suficiente, ya que creía, que su poder era mucho más fuerte de lo que en verdad es y meterse con un poder tan fuerte y menos conocido, no era parte de su trabajo.
Por otro lado, se encontraba Jarvis, que ayudaba a su padre y a Peggy debes en cuando, también trataba de ayudarla a ella y eso a Mía le tranquilizaba. Jarvis era como su tío, lo conoció cuando era una niña, él y su esposa, eran las personas más amables, según la joven, del mundo.   
Faltaba dos días para que presentara el proyecto, ya tenía todo lo que iba a presentar, hasta inclusive había preparado un discurso motivador para ello. Tenía en sus manos, un gran descubrimiento.
Aún le faltaba dos meses para ir a Hogwarts, extrañaba ese lugar y más aún a sus amigos. En esta semana, había recibido demasiadas cartas de ellos, algunas las respondió y a otros prefirió hacerlo después. Este año iba a cursar su sexto y anteúltimo año, a veces sentía que no pertenecía a ese mundo y tenía sus razones, pero a su vez, ella creía que si estaba ahí era por algo. Esas mismas dudas tenía, cuando llegó por primera vez su carta de Ilvermorny, sentía que ese no era su mundo y eso aumento aún más cuando Grindelwald llegó. La caza de los muggles, nacidos de muggles y hasta mestizos se incrementó más de lo en verdad era. Mía no entendía, porque Hogwarts era un lugar seguro, tal y como todos los magos y brujas decían constantemente, era porque ahí estaba el profesor y ahora director. A la joven Stark, le impresiono bastante saber que el profesor Dumbledore fue quien derroto a Grindelwald, aún sentía que los crímenes que el cometió no están del todo perdonados y que la sociedad de los magos y las brujas se han olvidado de ello. En la sociedad de los muggles, era común ver a la gente conmemorar y recordar la historia de su pueblo, era algo, que según a Mía les hacía crecer como pueblo.
Viendo su libreta y pensando en Hogwarts, Mía sabía que no podía decir nada sobre una sociedad en la cual existieran las brujas y los magos, porque la tratarían de loca. La magia para ellos no existía, lo extraño tenía que ser aborrecido de inmediato.

- ¿Señorita Stark? - Llamo Jarvis mientras abría la puerta de su habitación- la cena está servida- Le informó a la muchacha.

- Gracias Jarvis, en un momento bajo- Le contesto Mía, a su vez, que su cuaderno lo guardaba en una cagón con siete llaves.

Al bajar a cenar, vio a su padre con su tía Peggy. Mía sonrió, adoraba a su tía, hasta inclusive la veía como la madre que siempre quiso tener. La joven saludo a ambos y se sentó al lado de su padre.
La relación con su padre, últimamente iba mucho mejor de lo que era antes, si bien, su padre, cuando comenzó la segunda guerra mundial desde el minuto uno, tuvo que ayudar al ejército de Estados Unidos para brindarles armas y de vez en cuando, se ponía en la piel de un científico. La separación de Mía con su padre, en ese mismo periodo, condujo a ella a tener que cuidarse sola o al menos eso era lo que ella creía.
Su tía Peggy, en cambio, creía que ella podía cuidarse sola sin la necesidad de alguien al lado suyo. Su sobrina, era como su hija y estaba orgullosa de ella, de todo lo que logro.

-¿Cómo te fue con el proyecto?- le pregunto su padre mientras se servía un vaso de vino.

- Bien- Respondió la muchacha- Tengo todo listo- Le dijo a su padre, mientras le daba una sonrisa- ¿Y a ustedes?- Le pregunto a su padre.

- Todavía nada- Contesto el- Al parecer el océano lo trajo, igual si encontramos el teseracto con su ubicación exacta, podemos hacerlo con el también- Concluyó su padre, viendo cómo la cara de Peggy, era la misma cara al saber que su amado ya no volvería con ella

La joven Stark a veces, creía que las personas estaban destinadas a estar juntas para siempre, que era cosa del destino volverse a encontrar. Pero otras veces, se volvía a plantear todo lo que ella pensaba sobre el destino.Pero a su vez, creía que su tía podría tener la familia que ella siempre quiso tener.

Destino |Tom Riddle| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora