Capítulo 8.

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Conozcamos a Bianca.

15 de Agosto de 2019

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15 de Agosto de 2019.

Bianca.

Apenas era lunes y ya esperaba de nuevo el fin de semana.

Había salido de la escuela temprano así que aproveché el tiempo para ir al trabajo y ganar un poco de horas extras.

Entre semana después de la escuela y antes de los entrenamientos de natación trabajo en un restaurante como mesera, la dueña me deja trabajar las horas que pueda y al final del mes me paga lo que haya acumulado. Mi jefa me cae muy bien, es una ventaja que la conozca desde niña.

Después de salir del restaurante pasé a la casa para comer algo rápido, más tarde haría deberes de la escuela, espero que me de tiempo antes de ir a la alberca y dar clases a los niños.

Sé que con el trabajo en el restaurante y el de niñera los fines de semana puedo cubrir bien mis gastos, pero quise aceptar el trabajo de natación porque un poco de dinero extra no me vendría nada mal. Me gusta ganar mi propio dinero, entre más cosas pueda pagar por mi propia cuenta, mejor.

Ya me he acostumbrado a este ritmo de vida un poco acelerado y de hecho me gusta. Me estresa más el estar sin hacer nada a lo largo del día.

Estaba en la cocina encargándome de limpiar lo que ocupé cuando llegó Lili, casi siempre trato de rondar por este lugar sin que ella esté para no causarle molestias, a veces siento que le estorbo un poco. Supongo que hoy salió temprano de su trabajo.

—Bia, ¿por qué no me dijiste que estás atrasada con el pago de la colegiatura?—preguntó dejando los papeles de prórroga sobre la barra de la cocina.

Estaba segura de que esta vez los había escondido bien.

—Porque hoy me puse al corriente—le sonreí tratando de evitar el reclamo.

Sí, me había atrasado un poco pero fue porque rompí un par de platos en el restaurante y pues tenía que pagarlos. Como me llevo bien con el director me dio una prórroga y hoy la liberé. No fue un gran problema, solo me atrasé una semana.

—La próxima vez pídeme dinero.

—Sabes que casi no me gusta aprovecharme, además no es como que pase muy seguido—miré al piso, sobretodo porque iba a poner su mirada de lástima y no me gusta.

—No es aprovecharte, me gusta apoyarte en lo que pueda.

—Gracias, Lili.

El Segundo IdiotaWhere stories live. Discover now