Capítulo 17.

209 28 7
                                    

Seamos amigos.

18 de Septiembre de 2019.

Gilberto nos había pedido que viniéramos a hablar con él en su oficina antes de nuestro entrenamiento, había aceptado feliz ya que así me pude librar de Tania, quién se había ofrecido a acompañarme desde mi casa, así que aquí estábamos Bianca y yo lidiando con las miradas coquetas que él le dirigía.

—En los primeros días de Octubre empiezan las competencias para la selección de niños. Iremos los tres y algunos padres de familia, nos hospedaremos en el mismo hotel que ellos y si todo sale bien, regresáremos con medallas y reconocimientos.

>>Para ello necesito que estas dos semanas se enfoquen en mejorar la resistencia y disciplina de sus alumnos.

—Está bien—dijimos los dos.

—¿Es todo?—pregunté.

—Sí, puedes irte. Bianca, ¿puedes ayudarme a...

—Uy, mira que tarde es, llegaremos tarde al calentamiento, Bia—interrumpí a Gil.

—Cierto, te ayudaré después de la clase—le sonrió y salimos de la oficina.

Aún faltaban diez minutos para el calentamiento pero Bianca me había dicho que no la dejara sola con Gil, yo solo la ayudé, no es que me gustara hacerlo o cosas así. Por alguna extraña razón, soy feliz cuando Gilberto no anda detrás de ella insistiéndole que salgan.

—Algo me dice que no sabes decir que no. Recházalo de una vez.

—No quiero ser tan grosera.

—Si no quieres salir con él entonces no es ser grosera.

—No es que no quiera...

—Espera, ¿te gusta Gilberto?

Que diga que no, que diga que no, que diga que no.

—Uy, mira que tarde es, iré a cambiarme—caminó rápido hasta los vestidores.

—¡No me apliques la misma que a Gilberto!

Me ignoró y entró a cambiarse.

Me siento igual o más patético que Gil tratando de llamar su atención.

(...)

—¿Te gusta Gilberto o no?—le dije a Bianca.

Tuve que venir hasta su carril porque la duda no me dejaba concentrar. Además de que no quería seguir en el mío porque Tania seguía pegada a mí.

Hoy era más insistente que otros días.

—No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes?

—Me cae bien, es lindo estar con él pero me estresa cuando me hace cumplidos, lo cuál sucede cada cinco minutos.

—Entonces no te gusta.

—Por eso te digo que no lo sé—dijo fastidiada y se fue nadando así que regresé a mi carril.

El Segundo IdiotaWhere stories live. Discover now