Capítulo 27.

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Vayamos a dormir.


11 de Noviembre de 2019.

Esta clase se me hizo eterna.

Punto bueno, hoy los niños no me sacaron tanto de quicio como generalmente.

Ahora estaban todos felices saliendo de la alberca, no sé como tienen tanta energía después del entrenamiento.

Comencé a recoger el material que dejaron tirado alrededor de la alberca hasta que noté como Bianca se iba acercando con su cara de "voy a tener que pedirte algo aunque me cueste hacerlo".

He aprendido a leer sus expresiones y la conozco bastante bien que sé que le pesa el pedir favores o cosas así, pero debe de ser algo en lo que no tenga opción.

—¿Puedo pedirte un mega favor?

Sabía que tenía razón

—Depende de qué es.

Como si alguna vez fuera a decirle que no a algo.

—Como que necesito una tutoría extra esta noche.

—¿De qué materia?

—Historia. Tengo el examen final en dos días y siento que no sé nada.

—¿Entonces quieres estudiar saliendo de aquí?

—Sí, y si es posible mañana también.

—No lo sé, soy un chico muy ocupado.

No tengo nada que hacer y en realidad cuando se trata de Bianca siempre voy a acceder. Así de patético soy.

—Te deberé algo, no sé, una hamburguesa, un helado, lo que sea.

—Un helado suena bien.

—¿Entonces?

—Está bien. Vamos a mi casa cuando terminemos.

—Gracias, Iván.

Sonrió y se metió a los vestidores, creo que lo mejor que he podido hacer fue aceptar darle esas tutorías a Bianca hace unas semanas. Ha subido sus notas y de paso podemos estar juntos un buen tiempo, es algo de ganar - ganar.

(...)

—Te odio.

—Quisieras.

Bianca estaba a punto de soltarme un golpe en la cara de seguro.

Estaba fastidiada porque la hice contestar unas preguntas con fechas importantes tres veces como castigo por decirme números al azar cuando le preguntaba por las mismas fechas.

—Ya lo aprendí, Iván. No necesito escribirlo cien veces como niña de primaria.

—Solo es un pequeño cuestionario de veinticinco preguntas, Bianca.

—Eres un...

No pudo terminar la frase porque alguien golpeó mi puerta.

—Toc, toc—dijo Abigail desde afuera—. Voy a pasar. Dejen lo que están haciendo antes de que entre.

Digamos que el otro día Lia encontró a Jorge casi acostándose con una de sus amigas, así que aproveché el momento para hablar con Abi y decirle que el otro día casi nos ve a Bianca y a mi besarnos. Todo con la intención de que en esta casa se respetara un poco más la privacidad.

Pues Abi como que se lo tomó muy en serio y siempre llama a la puerta y se toma unos minutos antes de entrar para evitar ver algo que no quisiera.

—Pasa—le dije después de su gran anuncio.

El Segundo IdiotaWhere stories live. Discover now