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Capítulo 22: Entre rumores, espejos y golpes de realidad.

2 de Agosto del 2016, Navarro-Argentina.

Karol S.

—¡Amiga!

Clari y yo cortamos la distancia que nos separa para fundirnos en un abrazo como si tuviéramos años sin vernos. Saltamos emocionas y reímos, hoy es un día para estar al tope de la felicidad. Dario y Sofía acaban de tener a su bebé y estoy a punto de conocerla.

—Ay gordi, no sabes lo linda que es... Bueno linda, linda no tanto, ya sabes como son los recién nacidos. ¡Pero lo importante es que ya nació! —exclama emocionada y luego ve por encima de mi hombro —. Ah, hola tía Caro.

—Hola cariño —mamá besa su mejilla—. ¿Cómo estás?

—Enamorada... Pero de mi sobrina —aclara ella tomando mi mano—. Bueno, ya entremos para que la conozcan.

Entramos al hospital siendo guiadas por Clari hasta la habitación de los nuevos papás. Mamá y yo sólo venimos por un rato a visitarlos y conocer a la bebé, yo debía volver al set porque tengo algunas cosas pendientes las cuales grabar y lo cierto es que no tenia más espacio libre para estas semanas así que la visita debe ser ahora o nunca.

Mi agenda está llena de trabajo para este mes, y si creen que lo estoy lamentando se equivocan. Mi lado masoquista ama estos dias de puro trabajo a pesar de que me la paso estresada.

¿Se podrá morir de estrés? Si no es así hay un alta posibilidad de que yo sea el primer caso.

Igual de algo hay que morirse en está vida.

Mejor me guardo mis pensamientos turbios por un rato porque es realmente irónico que este hablando de muerte justo y cuando vengo a celebrar una vida nueva llegando al mundo. Clari abre la puerta y entramos a la habitación silenciosamente.

Sofía está recostada en la camilla cargando un pequeño bulto en sus brazos arropado con una mantita crema, ella y Dario sonríen alegres al vernos llegar. Dejo la bolsa de regalo que traje conmigo en la mesa de entrada y voy directo abrazar a Dario que me recibe con los brazos abiertos.

—Felicidades papá —lo abrazo con más fuerza y mamá se une al abrazo. La sonrisa que lleva en su rostro en indescriptible, sus ojos están hinchándos lo cual confirma que no ha dejado de llorar —. Ya nació nuestra bebé.

—Si, al fin —asiente emocionado—. Ya mi princesa está con nosotros.

Seguimos a saludar a Sofía quien nos recibe con la misma alegría, mi corazón salta de emoción cuando veo a la pequeña durmiendo tranquilamente entre sus brazos.

—Al fin te conocemos Isabel —susurro sosteniendo su manita cuando la tengo en brazos—. Dios, pensé que nunca iba a nacer con lo que se hizo esperar —bromeo.

—Ella se tomo muy en serio su papel de princesa, ya estaba que despertaba y me veía la panza diciéndole que nazca —rie Sofía.

—Es tan pequeña —sonrio a medias viéndola.

—Adivinen quien se desmayo en el parto —comenta Sofía, Clari suelta una carcajada. Mi madre y yo vemos a Diario de inmediato quien ve a su esposa con el ceño fruncido—. No veo la hora de que mi hija crezca para que pueda decirle que lo primero que hizo su padre al verla fue desmayarse.

—¿En serio Dirio? —mamá reprime una risa.

—Fue porque no desayune.

—Claro... Me giro un segundo a ver a mi bebé y cuando lo busco para que me de la mano lo encuentro desplomado en el piso —niega ella —. En silla de ruedas lo sacaron.

Las Consecuencias De Amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora