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Capítulo 40: Promesas rotas.

12 de Mayo del 2017, Guayaquil-Ecuador.

Karol S.

Estoy muerta de hambre.

Me recargo en el brazo de Diego con pesadez, miestras me quejo. Acabamos de regresar de dar un paseo por la ciudad y recién vengo entrado al hotel luego de haber saludado a algunas fans en la entrada que me dieron algunos regalos, entre ellos un oso de peluche que creo que será mi favorito del momento porque esta muy lindo. Lo abrazo y me aparto de mi guardaespaldas para ver a mi madre, Ale y Alan con molestia.

No entiendo porque no nos paramos por algo de cenar o fuimos al bufete del hotel, hoy que sí tengo ganas de cenar afuera de la habitación ustedes no quieren. Ah pero si Karol no quiere, todos quieren salir y me obligan, y hoy anda de aburridos —me quejo.

—Estuvimos toda la tarde paseado mi vida, estamos cansados.

—Ya pides algo cuando llegues a la habitación —dice mi mamá.

—Sí, y durará un montón para llegar seguro —bufo. Las puertas del ascensor se abren y salimos de este—. Encima es nuestra última noche, mañana nos podremos salir por la fiesta.

—Ya bella, igual tuvimos un montón de salidas y mañana disfrutamos juntos en la fiesta —me consuela Alan rodeando su brazo en mi cuello mientras recorremos el pasillo.

—Mamá ¿me das la llave de mi habitación? Te la di antes de salir —pido, ruedo mis ojos cuando no me hace caso por anda tecleando en su celular—. Señora ya deje el celular.

Ella guarda el celular y me entrega mi llave. Los cuatros se detienen frente a una puerta, sé que mi habitación no es así que me encuentro confundida cuando se abre desde adentro, mamá pasa y Alan me empuja a pasar—. Ya deja de discutir tanto Karola y entra —dice Ale confundiéndome aún más. ¿Y ahora qué?

Entro con desconfianza y casi término saliéndome cuando me topo con un grupo de personas que gritan con mi entrada—. ¡Sorpresa! —mis ojos se abren más de lo normal al ver de quienes se tratan, veo a mis queridos bailarines; Fausto, Mile, Lourdes, Melisa, Agustin, Gaston, Brenda, Rafa y músicos; Pedrito, Ezequiel, Francisco, Hanna y Olivia recibirme con mucha euforia.

—¿Pero qué es esto? —me carcajeo.

—¡Nuestra pijama de despedida! —exclama Melisa con emoción.

Giro a ver a Ale, Alan y mi madre quienes sonríen con diversión por mi cara—. ¡Me trajeron engañada!

—Todo fue plan de ellos, nosotros colaboramos —justifica mi madre.

—No saben lo que fue traerla, nos venía puteando todo el camino —cuenta Alan.

—Shhh, ahora me siento mal —los miro—. Perdón, no tenia idea.

—Basta de penas, empecemos esto —anima Fausto parado sobre el sofá.

Luego de procesar toda la situación finalmente me término uniendo a ellos, casi tengo ganas de llorar por este bonito gesto que han tenido conmigo y porque es nuestro último momento así de juntos por un buen rato y extrañaré compartir con ellos. Pero ahora queda disfrutar y es lo que hacemos, de una vez optamos por hacer un juego de señas en el cual aprovecho para comer todo lo que se cruza porque puedo estar muy entretenida ahora y con la energía renovada al cien pero el hambre no se me quita.

Las Consecuencias De Amarte.Where stories live. Discover now