2 de Febrero del 2016.
Karol S.
—No te hagas la inocente, sabes perfectamente de lo que te estoy hablando.
—En serio no sé de lo que estas hablando —suelto con gracia.
—¿Ah no?
—No.
—Jum, bueno. Entoces quizás tengas que volver a llamar a Matteo como hiciste anoche para que él te lo explique —ironiza ella—. O no, pará ya sé. Está es la parte en la que te niegas que lo llamaste a su celular.
—No, no, no... Bueno, sí, sí lo llamé pero fue un error —me apresuro en aclarar.
Su cabeza se mueve lentamente en un asentimiento —. En eso estamos de acuerdo. No te ilusiones Lunita, Matteo esta conmigo y no estaría con ningún otra chica. Por tú bien te lo digo, alejate de él.
Suelto un bufido —. Pero ni siquiera me he acercado a él. Mira yo de verdad no lo quería llamar, me equivoqué.
—Si, te equivocaste —es cortante conmigo —. Y eso, es un error que te puede costar muy caro —arqueo una de mis cejas tras la aparición de aquel tono amenazador—. Y yo te aseguro Luna que no lo vas a pasar nada bien.
—Ja, a ver si entendí —relamo mis labios—. ¿Me estás amenazando?
Valentina deja aquella mirada tan dura y amenzandora que tiene a un lado y se relaja —. Ay Lunita, por favor. Mira las cosas que se te pasan por la cabeza. Obvio que no fue una amenaza, un consejo de amigas —aclara.
Toda la ironía pinta mi risa cuando la dejo salir—. Pues la verdad a mi no me sonó para nada un consejo de amigas eh.
—No quiero que te confundas —interviene—. Ese es el consejo. Mira Matteo jamás estaría con... —su mirada juzgadora me ve de pies a cabeza así provocando algunos efectos en mi—...una chiquita como vos.
Mis gesto se suavizan a través del desanimo y punto bajo en el que me ha pegado. Bajo la mirada sintiendo esa inferioridad una vez más y no me cuesta reflejarlo porque ya me he sentido así...
—¡Corte! —exclama Jorge desde la cabina. Vuelvo a subir mi vista encontrándome con Valentina quien ha dejado a Ambar a un lado para verme con disculpa, entrecierro mi vista hacia ella.
—¡Perdón! —se lanzan abrazarme.
—Perdón nada, eres muy mala conmigo —la escucho reír mientras intenta que corresponda a su abrazo —. Casi me echo a llorar. Dejame odiarte un poco.
—Eso jamás, te amo amiga —besa mi mejilla y yo ruedo mis ojos pero término sonriendo y aceptando su abrazo. Es lo mismo de siempre, discutimos en las escenas, ella me hace sentir mal, la comienzo odiar, cortan la escena y volvemos a ser aquellas dos empalagosas amigas que en realidad no andan como perro y gato en la vida real.
—Yo te amorodio.
—Puedo vivir con eso —se aparta para mirarme—. ¿Ya me perdonas por haber sido una perra insensible contigo?.
Eso me causa gracia y se lo demuestro por medio de una carcajada mientras asiento —. Te perdono, aunque tendrás que subirme el autoestima porque me la has quitado toda con esa escena.
—Trato.
~×~×~×~
—Ya no doy más —lloriquea Valentina dejándose caer en uno de los asientos de las gradas.
