CAPÍTULO 6

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Trono de cristal.

Elena.

—Una fiesta de fraternidad.— Murmuro acomodando los libros que Giovanni me pasa, mientras Matt se devora lo que hace no más de cinco minutos era mi cena.

«De todas formas no tengo hambre.»

—Es la primera del año, estará repleta y puede que encuentres a tu admirador secreto.—Volteo por un segundo y niego mirando a Giovanni.

—Y puede que tú encuentres tu cerebro, posiblemente lo dejaste ahí la última vez.—Dice el menor con la boca llena, y me rio abiertamente.

Escucho un par de ruidos torpes y apresurados a mis espaldas y se que Giovanni está intentando degollar a su hermano menor en este momento.

—Por milésima vez, Giovanni, no tengo un admirador secreto.—Con mis palabras la pelea tras mío cesa y escucho a Mattheo suspirar.

—Hay si, díselo a tu nuevo y costoso material.

—Ya hablamos de eso, Russo me dijo que se lo están proporcionando a todos los becados.— Suspiro recordando sus helados ojos azules perforando los míos

—Dejalo, Elena. Giovanni tiene la fantasía de ser el sugar daddy de alguien al llegar a los treinta.

—Eso no es cierto.—Contradice de inmediato.

Prefiero guardar silencio

—No creo que deba ir, las fiestas no son lo mio, la acumulacion de personas, el alcohol, la musica, nada de eso.

Matt suspira mirando de reojo a su hermano, pero Giovanni no le devuelve la mirada, solo me mira aun con los brazos cruzados.

—No podemos obligarla, Giovanni, ella estara...—Mattheo presiona los labios y titubea por unos segundos sin saber como continuar, y podria jurar que por unos segundos no sé cual gemelo es cual, ambos tienen la misma expresion en el rostro,parecen tan...impotentes y no entiendo porque.—Comoda, si, solo es una fiesta, de seguro pronto habra otra y ella vendra con nosotros.—Mattheo recupera su semplante relajado y me regala una adorable sonrisa.

Decido devolverle la sonrisa, pero la mia, en comparacion a la de Matt; titubea un poco.

—Todos hablaran de esto, Mattheo, sabes que no podemos aparecer sin ella en la fiesta, y si ninguno va...—Giovanni parece hablar consigo mismo, pero lo hace tan fuerte y claro que puedo escucharlo a la perfeccion, y sentirme más confundida con cada palabra.

—¿Qué pasa si ninguno va?.—Pregunto bajando la escalera, me faltan guardar la mitad de los libros pero hasta hace unos minutos todas nuestras conversaciones eran tan ligeras, triviales, y ahora, en cuestion de segundos, todo cambio, la tension es palpable y ambos gemelos miran a lados distintos, como si tuvieran miedo compartir una mirada y revelar todo lo que no me estan diciendo.

—No pasara nada, linda, sabes como es Giovanni y su incesante busqueda de atencion.—Mattheo me sonrie, pero su sonrisa no hace que sus verdosos ojos se cierren, esta sonrisa solo llega a la comisura de sus labios, incluso se tambalea un poco, él esta tenso, y sabe que lo se.—Ven, sientate aqui, yo guardaré los libros.

—Es...es mi trabajo.—Me encuentro realmente desconcertada con la rapidez con la que Mattheo puede cambiar de tema.

—Lo sé, solo quiero ayudar.

—Pero las camaras-

—Elena, no te preocupes de las camaras.—Suspiro.

—Esta bien, pero si me despiden-

CAUTIVADORAWhere stories live. Discover now