CAPÍTULO 12

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Verdades teñidas de sangre.

Elena.

—Solo..., volveré por ti, quédate aquí, Elena.

Eso es lo que me dijo.

Pero yo comienzo a moverme apenas su melena rubia desaparece por la puerta.

Tomo mi bolso y comienzo a vaciarlo, las cosas caen de forma abrupta. En algún otro momento me hubiera parecido algo atroz dejar caer un libro tan costoso al suelo, y más si es de esa forma, pero ahora el libro es la última de mis preocupaciones.

Con mi bolso ya vacío tomo mi llaves, las llaves del auto de Giovanni, los primero tenis que encuentro y mi celular para luego salir corriendo.

Me gustaría decir que corro tras los gemelos, que necesito aclarar esto con ellos porque son el unico par de personas en el que confío en este momento, que necesito de su consuelo, o que simplemente necesito un terapeuta en este momento, tal vez cuando los encuentre preguntarles si conocen uno bueno.

Pero en contra de mi sentido común me dirijo hacia la oficina de Mason, tal vez me dirijo directamente a una serpiente con los dientes cargados de veneno, pero a pesar de lo que los gemelos me han dicho yo necesito escuchar la otra parte de la historia

«Si es que hay una.»

Yo solo quiero que Mason me diga que él no la mató, necesito cerciorarme que el  hombre que me hace sentir si existe, y no solo es un producto de mi imaginación.

Reviso el reloj de mi muñeca y solo me toma unos segundos darme cuenta que hay una gran posibilidad que él ya no se encuentre en la facultad.

—En el hospital, sí...—Comienzo a correr en dirección contraria y me aferro al asa de mi bolso, a pesar de mi falta de gusto al combinar en par de tenis con un vestido lo agradezco, ya que correr bajo presión no es para mi y mucho menos en tacones.

No sabría decir si pasaron un par de segundos, o un montón de minutos interminables, pero cuando llego a la puerta de emergencias me apoyo contra una ambulancia para recuperar todo lo que me fue arrebatado en esta pequeña carrera, mi aliento, por ejemplo.

Tomo mis mejillas entre mis palmas frías y la sensación es simplemente satisfactoria, nunca pensé que la mala circulación de mi sangre sería útil.

«¿Y ahora qué hago?»

Soy Elena, todo mi vida se a basado en pisar sobre hielo quebradizo, así que piso con cuidado para no caer, pero desde que llegue aquí lo unico que hice es saltar solo el hielo quebradizo, esperando que de alguna forma este se rompa para caer dentro y no volver, porque tengo curiosidad de saber que hay del otro lado.

Y debo admitir que algunas veces me sentía valiente, sentía que por primera vez estaba disfrutando de eso que nunca pude disfrutar, una vida, una real. Pero otras veces (como ahora) me siento la persona mas estúpida de este lugar, siento que no estoy siento valiente, estoy siento impulsiva, me estoy dejando llevar por eso a lo que los demás le llaman "intuición". Y alguien como yo no se deja llevar por la intuición, no hay espacio para algo tan...,humano.

Tal vez seria mejor irme, tal vez seria mejor ignorar mi conversación con los gemelos hoy y continuar con nuestra amistad aparentemente normal.

«Tal vez podrías usar tu sentido común un poco más a menudo, Elena...»

—Sí, es hora de olvidar, Elena.—Dejo mis mejillas y saco mi celular comenzando a caminar al estacionamiento, podría esperar a los gemelos y esta vez hacer como si nada hubiera sucedido.

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⏰ Last updated: Aug 16, 2021 ⏰

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CAUTIVADORAWhere stories live. Discover now