Bad romance • sanwoo

01

El arma en sus manos, preparada y lista por sí alguien se metía en su camino.

Hizo una señal con dos de sus dedos para avanzar, sus tres compañeros que estaban detrás de él esperando aquella señal para poder seguir sus pasos.

Se alejó unos metros de la puerta que tenía enfrente, corrió de una manera precisa para darle una patada con toda sus fuerzas a la maldita puerta que lo interrumpía. Se siente ansioso.

Los pasos de sus compañeros se escucharon detrás de él, sabía que no lo dejarían solo. Demasiados años junto a ellos como para que lo traicionen o él dude de su fé.

El humo de la pequeña habitacion salió por la puerta al segundo de ser abierta de una patada, la musica se escuchaba mucho más fuerte de lo que sonaba desde la parte de afuera. Negó con su cabeza cuando visualizó a mujeres desnudas, a chicos tirados en el piso, seguramente drogados, inconscientes, no reaccionaban aunque le diese una patada en las costillas.

Y él estaba ahí, en medio del sofá con tres mujeres en cada lado de su cuerpo, riendo como si estuviera en un cumpleaños. Fijó su mirada en él con su arma aún en mano y apuntando a su cabeza.

—¡Policía de élite...!—ríe a carcajadas, totalmente drogado.—me has encontrado. Aquí estoy disfrutando la noche, pasaron años, ¿verdad?. Ahora eres todo un orgullo para tu jefatura, felicitaciones.—se levanta de su lugar para encarar al joven policía, con sus manos detrás de su cabeza, totalmente rendido.

—Muchas gracias-sonríe, sin diversión alguna.—y como regalo tu irás a prisión y te pudrirás dentro, bastardo.

—Estoy ansioso por ver quién gana delante del juez.—ríe fuertemente cuando terminan de esposarlo.

—No te preocupes que tenemos las pruebas suficientes, querido...—le da golpecitos en la cabeza.—llévenselo.—señala hacia afuera.—Jongho tú quedate, quiero que tomes fotografías, llames a tres ambulancias y refuerzos para que tomen datos de cada persona que se encuentre en este maldito lugar.—gruñó. Echó otro vistazo a su al rededor.—¡maldita basura!.—grita fuertemente pateando una mesa ratona.

Jongho tomaba fotos de los cuerpos tanto tirados en el piso como las chicas que estaban totalmente drogadas, alucinando, en el sofá. El resto de cocaína en la mesa y otro tipo de drogas. Al dirigirse hacia el baño encontró a una chica que parecía ser la unica consciente en todo el lugar, viéndose asustada.

—¡San!—llama a su lider de equipo.

San llegó en un segundo guardando su teléfono en la parte delantera de su chaqueta. Estiró con curiosidad su cabeza hasta visualizar dentro de aquel baño reducido. Jongho se apartó para dejar que San hablara con la que sería una testigo más al caso contra el hombre.

—Cariño...—Sentándose de cuclillas comienza a hablarle suavemente para no asustarla.

La chica miraba a la nada meneando su cuerpo de adelante hacia atrás, claramente traumada por alguna situación. San no tardó en darse cuenta que ella en realidad se estaba escondiendo de todo ese desastre. La chica parecía de unos 18 años.
Lo miró, mostrando su rostro empapado en lágrimas y totalmente rojo, ella llevó su mirada hacia la placa de policía que tenía como colgante al rededor de su cuello, rápidamente se levantó y abrazó a San mientras lloraba desesperadamente.

San calmó a la chica para luego llevarla hacia su auto y dirigirse a la jefatura, aprovechando que los refuerzos llegaron para ayudar a Jongho. No quería dejar solo a su compañero y con tanto trabajo.

Choi San era considerado como "el policía qué tiene el don de saber de tí sin leer algún documento". Y así era, rápidamente sabía la verdad y en que punto presionar para obtener lo que quiere.

Él eligió este trabajo porque quiere justicia en un país donde personas utilizan a otras para así obtener poder, donde todo era corrupción. Sabe que no puede parar eso, pero pelearía hasta lograr un cambio. Su meta.

Le dejó una lata de café a la chica frente suyo, mirándola atentamente para poder sacar lo que esta pensaba. El ruído de la oficina de al lado interrumpió su concentración al escucharse risas. Totalmente enojado se levantó haciendo que la silla caiga hacia atrás, saliendo de la sala de reuniones deshabitada.

Entró haciendo un fuerte ruído causando que todos paren la bulla que habían hecho segundos antes de entrar.
San era respetado hasta por todos los demás equipos, pero este solo veía al suyo como competencia y a él como un rival.

Se cruzó de brazos mostrándoles una sonrisa falsa, mirando a uno por uno.

—Que ustedes no tengan casos y esten todo el día en la estación solo para ocupar lugar, no quiere decir que yo también lo esté. Así que les pido que dejen de hacer tanto escándalo porque tengo un caso que resolver y una chica totalmente alterada aquí al lado. Vayan a casa si no tienen nada que hacer.—Se fue causando un fuerte ruído con la puerta al cerrarla con fuerza.

—Maldito mocoso arrogante.—dijo el líder del equipo 2, ofendido y su vena marcándose a un costado de su cuello.

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San volvió a sentarse a un lado de la joven chica quién parecía mucho más calmada qué cuando la encontró por primera vez.

—Lo siento sí te asuste con los ruidos, esto siempre pasa.—suelta una risita para tratar de calmar el ambiente.

La joven niega demostrando así que estaba bien.

—¿Puedes contarme que pasó en aquel lugar? -pregunta con cautela.—¿Estas lista para hablar?.—la adolescente asiente.

—Solo no quiero que se enteren que fui yo quién habló sobre la verdad, no quiero terminar como mi mejor amiga.—su voz se entrecorta.

—Será totalmente anónimo, nadie sabrá de tí y te daremos seguridad, lo prometo.

La cámara apuntaba al cuerpo de la chica para no mostrar su identidad por decisión del testigo. San sabía que sería una noche totalmente larga para él y sus compañeros. Estaba asimilado.

después de mucho tiempo volví, espero no
tener tantos errores, le perdí la mano.

Si ven alguno avisenme porfa.
¡Gracias por leer! .

bexha.