10.

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Sus brazos estaban levantados, porque así se lo habian pedido, cada uno al lado de su cabeza.

Su cuerpo no se movía de su lugar y cuando le dijeron que se arrodille él solo se quedó parado, no podía moverse. Escuchaba los latidos de su corazón resonar en sus oídos, sus pies parecían estar unidos a aquella alfombra que no lo dejaba escapar. Las luces se encendieron.

Su rostro se levantó, centrando su mirada en el hombre poderoso que había aparecido entre medio de sus guardaespaldas entrenados.

—Pero miren a quién tenemos aquí,—carcajea.—Pequeño Jacob... o mejor dicho Jung Wooyoung...—acaricia su barbilla mientras sonríe ladino.

Wooyoung puso los ojos en blanco, molesto por la situación.

—Te preguntaría como está tu padre, pero lo primero que quiero saber es, ¿qué quieres aquí?—se acercó al menor, quedando frente a frente.—¿qué buscas y con qué necesidad?.

Woo no puede evitar sonreír haciendo que el hombre mayor borre su sonrisa. Él llegó a intimidarlo, su sonrisa daba miedo, "luce como un psicópata", pensó el mayor de ambos.

—Lo siento, no puedo darle información a desconocidos.—da un paso hacia atrás, alejándose.

Ryunjoo apretó su mandibula con fuerza, estaba furioso.

—San...—en menos de un segundo sacó su arma apuntando hacia la cabeza de Ryunjoo, sorprendiendo a este ya que lo agarró desprevenido.

—Dime.—los disparos se escuchaban desde que descubrieron a Wooyoung hasta ese punto.

—Agárrame.

—¿Qué?—preguntó confundido.

El menor dió dos pasos hacia adelante quedando más cerca de aquel mafioso, quién seguía confundido por la rapidez del chico. Agarró la maleta, y soltó dos disparos hacia los cristales detrás de él, y corrió.

Abajo San veía todo en cámara lenta como si estuviese en una película, Wooyoung caía de espaldas desde el tercer piso mientras le disparaba a los hombres que se asomaban al ventanal y en su otra mano se encontraba la maleta con aquellos documentos importantes.

San lo agarró como sí de una princesa se tratara, llevando todas sus fuerzas en sus piernas para no caer ambos.

Wooyoung conectó miradas con el mayor quién también lo veía, recorriendo cada parte de su rostro.

—Me alegro de que estes bien.—Susurró San.

—¡Corre!.—se alejó de San.

Wooyoung corrió hasta la salida y San lo seguía por detrás, disparándole a las personas que lo seguían para matarlos.

El menor se metió en un auto negro que le pertenecía al mafioso en realidad, esperando a que San entre para arrancar y escapar lo más rápido posible.

—¡Métete de una vez o te dejo morir!—gritó nervioso.

San en menos de un minuto ya estaba dentro del auto.

—Somos policias no ladrones de autos.—dijo con su respiración agitada.

—Corrección, eres policia.—bufó.

Ambos se quedaron callados todo el camino, hasta que se metieron en un callejón, estacionando ahí.

—¿Por qué estacionas aquí?—pregunta confundido, San.

Wooyoung agarra su arma con su mirada gacha, y con la culata de esta golpeó la nunca de un confundido San, dejándolo inconsciente.

—Lo siento, cariño.—susurró.

La ventanilla fue golpeada tres veces haciendo que el menor se baje del auto con la maleta en una mano y dejando a San atrás. El hombre que había llegado se encargaría de él.

"Ahora entiendo aquellas palabras, 'jamás confíes en los Jung', y aquí estoy... otra vez".

 otra vez"

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Bad romance • sanwooWhere stories live. Discover now