08.

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—Un gusto conocerlos, muchachos—sonríe con sus dientes falsos

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—Un gusto conocerlos, muchachos—sonríe con sus dientes falsos.—espero que mi secretario haya hecho una buena elección esta vez.

Ambos hacen una reverencia hacia el jefe sonriendo amables.

—No se arrepentirá señor.

—Eso espero, chico.—palmea el brazo de Wooyoung.

Se encontraban en la mansión de Ryunjoo ya que el email que les había llegado decia claramente que se tenían que presentar ambos ahí para tener una reunión cara a cara con su nuevo jefe.

El sujeto estaba sentado en el sofá con un vaso de whisky en la mano como en las peliculas de cualquier mafioso, Wooyoung pensó que aquello era demasiado cliché.

—Los cité para conocerlos, como sabrán lo hago con cualquiera que empiece a trabajar conmigo, también para avisarles que desde ahora vivirán aquí.—se levanta para caminar por la oficina.—Se preguntarán el por qué, simple, trabajan para mi y nada les faltará pero a eso se debe que tienen que cuidar de mi como si fuera la persona más importante de sus vidas—ambos chicos se miraron entre sí, volviendo rápidamente la mirada hacia Ryunjoo.—y no tienen que perderme, ¿entienden?—sonríe para luego tomar de su vaso.

—Entendido, señor.—contestan ambos al mismo tiempo.

—Es agradable saber que los tengo aquí, esta semana sin guardaespalda no pude pegar un ojo en toda la noche. Llamaré a Myun para que les diga donde se quedarán.

Pasaron los minutos donde Ryunjoo les explicó varias cosas, entre ellos la situación se sentía tensa pero eso el jefe no pareció notarlo, por suerte. Luego de aquella reunión Myun los llevó hacia el patio trasero el cual era demasiado grande y largo, donde al final del patio habia una pequeña casa que daba vista hacia la parte trasera de la mansión.

Ambos chicos rapidamente se instalaron llevando las cosas al cuarto, donde dormirian juntos pero en diferentes camas.

Lo que sería la sala de estar, en realidad es una sala de seguridad donde se encontraba monitores por todo el cuarto, los cuales estaban conectados a cada una de las camaras de la mansión y las de la calle que daba en frente de la vivienda.

Solo era eso, una habitación y monitores en otra.

—El desayuno, almuerzo y cena, serán en la cocina luego de que los jefes vayan a dormir, el sevicio almuerza cada uno en su habitación pero ustedes pueden estar en la cocina, así lo quiere el jefe. Cualquier cosa que necesiten pueden preguntarme.

Se iba a marchar pero Wooyoung la llamó rápidamente.

—¡Espera, Myun!.

—¿Qué pasa?—pregunta de una manera calmada.

—¿Y el baño?—suelta una risita avergonzado.

—El baño que está detras de la cocina es para el servicio, tienen que usar ese.

—Está bien, muchas gracias.—dice Wooyoung.

Luego de que Myun se marchó, San mira entre sorprendido y divertido a Wooyoung.

—¿Sabias decir gracias?—molesta.

Wooyoung finge una risa para luego verlo serio y darle la espalda para dirigirse a la habitación y tirarse en una de las camas, cansado y frustrado.

San a los segundos, extrañado por la actitud de Wooyoung, siguió sus pasos.

Al entrar vió el cuerpo de Wooyoung tirado boca abajo en una de las camas.

Se recostó en el marcó de la puerta con brazos cruzados y su vista fija en el menor.

—¿Qué te pasa?—le pregunta curioso.

El menor suspiró enfadado.

—Solo tengo que convivir con el idiota de mi ex, nada.—dice con su cara pegada a la almohada, a penas oyendose lo que dijo.

—¿Eso es un problema para ti?—pregunta su entrecejo fruncido.

Una vez más Wooyoung está molestándolo.

El menor tenia una razón para molestarlo y era que San siempre terminaba hablando con él, diciendole lo que quería y esta vez insiste con querer saber la razón por la cual lo dejó.

—Un gran problema.—se sentó mirándolo a los ojos seriamente.—por qué es tan cobarde que ni siquiera me dice la razón por la cual estamos distanciados.—se cruza de brazos haciendo un pucherito con sus labios.

Wooyoung sabe las debilidades de San y si no se equivoca, él es una de ellas.

San caminó hasta sentarse frente a él, sintiéndose molesto por las rabietas que daba el menor.

Acercó su rostro al de Wooyoung mirándolo fijamente a los ojos.

—Estas un poco grandecito para estar haciendo berrinches de niñito.— su respiración pegaba en el rostro del menor haciendo que la piel de este se erizara.—Si quieres saber la razón pídeselo a tu maldito padre, Wooyoung—se levanta sin apartar la mirada del joven.—¡Deja de molestar con eso, carajo, estoy hasta las pelotas que me estes martillando la cabeza con eso, pensé que me habias superado deja de querer estar metido en mi cabeza veinticuatro siete!—dijo fuertemente, casi gritando.

Los ojitos de Wooyoung se aguaron viéndose brillosos, un nudo se formó en su garganta sintiendola arder y la angustia en su pecho.

Muy pocas veces San le gritó y sabia que eso le hacia mal a Wooyoung, pero no puede evitarlo siempre que lo saca de quicio es así.

—Eres un imbécil.—formuló como pudo Wooyoung ya que el nudo en su garganta le dolía.

Las lagrimas finalmente hicieron un camino por sus mejillas, haciendo que San se sienta mal.

Siempre la razón de su llanto terminaba siendo el mayor, y lo sabía, pero esta vez no lo consolará por que el menor lo tomaria como una oportunidad y él no quiere morir.

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Bad romance • sanwooWhere stories live. Discover now