Bad romance • sanwoo

02

La adolescente reveló todas las pruebas e información que tenía, declaró como fue la muerte de su mejor amiga y San no se pudo sentir más enojado a medida que iba escuchando a la joven.

—Señor...—llamó su atención luego de calmar su llanto.—necesito volver a casa con mi familia, ayúdeme.

—Te ayudaré, esta noche te quedarás en tu hotel de siempre y enviaré a policias que estén en vigilancia hasta que tomes tu avión de regreso, mañana te enviaré el pasaje.—sonríe decaído.—necesito el nombre del chico que las ayudó para buscarlo y haga de testigo en la corte de mañana.—toma sus manos tratando de calmarla.

—No lo sé... solo escuché que se presentó como Jung, lo siento.—agachó su cabeza.

San da suaves golpecitos en la mano de la chica para que no se sienta mal por no saber el nombre del muchacho que las ayudó de unos acosadores. San entendió que fue bueno que las ayudara en el bar, pero sí a aquel chico no le hubiese llegado una llamada de urgencia tal vez la mejor amiga de la adolescente seguiría viva.

—Pediré que te lleven a tu hotel—se levanta de su asiento.—confía en mis compañeros, ellos estarán para lo que necesites.

La joven se levantó para hacer una reverencia de agradecimiento. Se notaba aún shockeada, tal vez por la muerte de su mejor amiga que fue vista por sus propios ojos, tal vez sea el abuso que hubo en ambas, o no puede creer que aún siga en este mundo.

San estaba muy estresado, sabía que habían atrapado a todos, hasta la mente criminal, el jefe de la mafia, Shihyuk. No hay razones para estar nervioso, tiene pruebas y ni siquiera el dinero sucio de aquel asqueroso hombre podría ganarle a la justicia.

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—Yunho.—llama a su compañero que estaba con papeleo en la mano. El chico lo mira.—necesito que lleves a Akiko a su hotel y que pongas a alguien de confianza de guardia, evitemos cualquier peligro.

—Entendido.—asiente, dirigiéndose donde Akiko para acompañarla a su hotel.

—¿Donde estabas?—pregunta de brazos cruzados.

—Divirtiéndome, ¿por qué?—sonríe con arrogancia.

—Tenemos trabajo.—se sienta del lado contrario del escritorio.

Asintió con la cabeza para luego pedirle información, nunca lo han llamado a esa hora diciendo que era algo urgente. Pensó que era una maldita broma, ¿desde cuando eran tan desesperados?.

—¿Y por qué no mandas a Yeonjun?, sabes que es mucho mejor en este tipo de trabajos.—se cruza de brazos elevando una de sus cejas.

—Por qué te piden exactamente a ti.—sonríe socarrón.—no te subestimes, eres bastante bueno tal vez un poco más que él.

Suelta un suspiro cansado, no era el tipo de cosas que le gustara hacer. Pero, su padre mandaba en él, desde que tiene conciencia sabe qué trabajaría y viviría para él. Aveces le hartaba la idea, pero sabía que no durará mucho más tiempo.