Ashton se sienta enfrente de mí y ahora lo puedo detallar mejor, sus ojos grises tienen tonalidades claras y oscuras, el cabello rubio le cae por la frente, no lleva nada de gel y lleva un piercing en la nariz, el pequeño diamante brilla y hace que su nariz se vea más respingada.—Hans, voy a admitirlo, tienes más marcado el abdomen que yo. —suelta Luca, y eso me hace regresar a mi realidad.
—Luego te daré consejos. —bromeo y juego con mis manos, trato de no hablar tanto y no soltar ninguna tontería, porque cuando me pongo nerviosa lo hago y es sumamente vergonzoso.
—Claro, en serio que los necesito.
—¿Te dolió? —pregunto de la nada, mirando a Ashton.
—¿Qué?
Siento mi cara caliente de vergüenza, tuve que quedarme callada y reservarme mis comentarios curiosos.
—El piercing...
—Si, más porque el idiota de Shawn fue el que lo hizo.
—Estaba aprendiendo. —se defiende.
—Fui su conejillo de India. —me susurra y me rio.
—Y estoy aprendiendo a Tatuar. —Shawn mira a Ashton y este niega.
—Mi madre te asesina si lo haces y me asesina a mi si se da cuenta de que tengo tatuajes.
—Insisto en cómo es que no ha visto el de detrás de la oreja. —pregunta Luca y Ashton se encoge de hombros.
—Es pequeño. —murmuro y me voltean a ver. —El tatuaje.
—Ya sabemos que el tatuaje Hans, pero... —Se queda callado y entrecierra los ojos. —¿Cómo lo sabes?
—Se sentó frente a mí en la clase de química.
Ashton asiente y me da la razón.
—Que observadora. —murmuran y asiento.
James sacó otro tema de conversación y seguimos hablando y de vez en cuando Ashton se metía a la conversación, Nox y Olivia nunca llegaron así que tuve que estar con ellos. Aunque pensándolo bien, no fue tan malo, los conozco por mi madre, pero nunca habíamos entablado una conversación de más de tres palabras, son divertidos y se les nota que les gusta estar de fiesta, porque es lo único que mencionan.
Fiesta, alcohol y sexo. Lo que un adolescente hormonal busca.
A lo qué me contaron ellos reprobaron un año por centrarse solo en los partidos y no en las calificaciones, claro que ninguna excusa sirvió para pasarlos de año, pero al menos están juntos y dicen que eso es lo único bueno.
—¿Ya comiste, Hans? —pregunta Shawn y niego.
—No tengo hambre...
Era mentira, moría de hambre, pero mamá no me deja comer la comida que dan aquí, dice que tiene demasiadas calorías. Realmente casi nunca me da bien de comer con la excusa de que tengo que ir a entrenar, casi siempre como ensaladas, pero de tanto comer eso me estresa y quiero probar algo más, la fruta a veces es muy escasa ya que casi nunca compra nada y solo tiene comida en polvo y suplementos.
—¿Estás segura? —me pregunta Ashton y cruzo miradas con él.
—Sí, estoy segura. —le sonrío y lo veo esbozar una pequeña sonrisa.
Veo a Nox y a Olivia entrar apuradas, me buscan con la mirada, levanto la mano y corren hacia mí. Amaba a esas dos, pero se metían en problemas más veces de las que yo no como bien, una vez estábamos en clase e hicieron explotar el laboratorio, y como somos tres, así que castigan a una y nos castigan a todas, me echaron la culpa también y me vi obligada a pasar más de tres horas en un salón en silencio con ellas dos y un maestro estricto.

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Desde que llegaste ©
Teen Fiction[Libro #1 de la trilogía hilo rojo] Morgan Hans es capitana de uno de los mejores equipos de animadoras del país, pero detrás de esas sonrisas y premios hay una historia, tiene una madre exigente que busca llevarla a la cima. Ashton Harrison, es el...