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La nipona de aura fugaz e imponente se encontraba buscando a su

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La nipona de aura fugaz e imponente se encontraba buscando a su... ¿Chaeyoung? ¿Realmente era suya? Y aunque se quedó encerrada en eso, pronto despertó cuando una mano ancha acaparó su hombro, en un pequeño salto que dio, se volteó algo conmocionada. 

— Disculpa, Mina.— habló el señor Kaori con su cabeza algo apenada. — No quería asustarte...— tenía entre sus manos comida, con algo de pena se la entregó. — Mi esposa Chiko me dijo que te la diera...— la estiró y Mina bajó su mirada, en una reverencia la tomó.

— Muchas gracias, Señor Kaori.— la japonesa tenía entre sus manos la comida. El hombre se veía apenado, incómodo. — ¿Pasa algo?

— Dime Kaori, por favor.— bramó con suavidad. 

— Claro, Kaori... Por cierto... — volvió a su objetivo. — ¿Has visto a la Geisha Chaengyoui? — interrogó mientras su cuello giraba para ver a varias direcciones. Sólo vio el lugar con algunas que otras personas. Suspiró y agarró de mejor manera las cosas. Y pensó que fue un dislate o una imbecilidad haberle preguntado a ese pobre hombre, que dudaba conocía a Chaeyoung, pues bien se sabe que es muy conocida por ser su hermana menor y ser bella. Una mueca se pintó de felicidad, su corazón expresaba cosquilleos al pensar en esa pequeña. 

— ¿La joven chica? — Mina subió sus ojos curiosa, se irguió y volteó la dirección de su cuerpo al hombre. — Ella... La Geisha Hirai, vi que la siguió al teatro... está cerrado.— Myoui asintió y giró su cuerpo hacia el teatro central, era grande y con una hermosa arquitectura japonesa, digna de la cultura, estaba abierta a los ciudadanos, pero sólo los días en los cuales se celebrarba, de lo contrario estaría cerrado. 

La próxima semana habría el festival Kitano Odori, y se celebraría en ese hermoso teatro gigantesco bautizado como teatro Kamishichiken Kaburenjō. La curiosidad del porqué Chaeyoung estaría con Momo la alertó, era extraño. Recordó la vez que estaban en su apartamento y su compañera japonesa echaba miradas a la menor, y esta era amable con ella. Un pequeño pensamiento fugaz de la coreana estando con su amiga le pasó factura, así esbozando una mueca acre y molesto.

Pero Chaeyoung no le haría eso y Momo, bueno, ella no sabía sobre ellas dos pero al menos sabía que no le gustaban las mujeres. Chaeyoung no le haría eso, ¿verdad?

— Gracias, Kaori. Saludos a la mujer Chiko.— pidió con amabilidad y salió caminando de manera apresurada al mismo lugar ya mencionado. 

Sus zapatos eran de madera. Los okobo o, geta, eran los zapatos de las geishas, también de moda, por decirlo de una manera más contundente y simplificada. Estos eran algo altos y su plataforma era de madera, se ponían con medias blanca en preferencia, y un cinto alrededor, eran algo cómodos, pero a la par, podrían ser muy inoportunos.

Sus pies intentaban correr. Después de pasar algunas calles de Osaka, logró quedar en frente de la puerta de madera. Intentó rodear pero nada, entonces un hombre alto, altísimo y acuerpado bloqueaba. Se acercó con algo de curiosidad.

— ¿Puedo pasar? — el hombre bajó su mirada, inspeccionó todo de Mina y esta se sintió incómoda, rara e indignada. — Que si puedo pasar, señor.— volvió a reponer disgustada y con algo de coraje. 

— Claro, princesa.— dijo en un tono promiscuo y coqueto. — Pero... ¿puedes salir conmigo en una hora? — pidió con un tono de picardía. Mina soltó una risa, pero no una de simpatía, era algo más semejante a una burla. 

¿Qué se creía aquel hombre para suponerla así de fácil? Además ella ya tenía pareja... Rápidamente sacudió la cabeza. Aún no sabía qué era de la menor, y eso estaba carcomiendo su mente. 

— Claro, pero tengo algo muy importante que hacer...— sonrió de una manera superficial y fraudulenta, como su actitud apacible y noble, todo era un montaje, no estaría con ese hombre, le daba repulsión. — Pero puedes buscarme en el puerto de Amagasaki, me llamo Fumiko, creo que me haré un pequeño cambio en el pelo y eso, si me ves diferente sigo siendo yo.

Hizo una pequeña broma, al fin y al cabo, si no podía hacer nada para enfrentar directamente a Fumiko, podría molestarla, darle dolores de cabeza. 

— Claro que sí, bella Fumiko.— expuso el hombre dejándola pasar. Al entrar vio un enorme lugar central, donde habían puertas y escaleras, cada vez más incontables. El lugar al estar vacío, pero limpio, podía escuchar sus zapatos resonar en eco. Entonces, ahora... ¿Cómo las encontraría?

Volvió a ver a sus zapatos y entonces sabía que ir buscando por cada lugar no era una buena idea. Se quedaría parada en silencio, esperando un ruido. En serio esperaba que funcionara, porque podrían haberse marchado del lugar ya. 

— Momo — escuchó como una voz pujaba. Mina abrió sus ojos y siguió de donde provenía aquel ruido. Una puerta estaba abierta, parecía una biblioteca enorme, pero las paredes eran libros, no había más que una mesa en el centro con varias botellas vacías. Todo estaba límpido sino fuese por esas botellas y dos chicas más. 

La escena podría pensarse mal, pero Chaeyoung estaba intentando sacar a Momo, mientras que la japonesa estaba tirada en el suelo, con unas risitas muy débiles. Estaba borracha. 

— ¿Chaeyoung? — la coreana subió sus orbes. 

— ¡Mina! — dijo intentando alzar a la nipona, a lo cual fracasó, porque era más alta que la misma. — Ayúdame, por favor...— la mayor no lo dudó y fue a hacerlo. Se acercó y con una mano, puso el brazo de Hirari, alrededor de sus hombros, la coreana lo igualó. — Gracias...

— No hay de qué, mi Chaengyoui.— dejó ver sus encías de manera amigable, la coreana amó ese detalle. Sabía que podían hablar libremente, pues Momo estaba tan borracha que seguramente no estaba consciente ni de respirar. — ¿Qué le pasó? — dijo preocupada. Estar al lado de esa japonesa que apestaba a alcohol, la estaba asfixiando.

— Ella estaba llorando mucho. Pasaba por el teatro ya que la otra semana harán el festival, me invitaron a participar en la obra...— dijo tímidamente. Poder participar era un privilegio enorme, muy pocas Geishas podían darse ese reconocimiento. Mina ya había actuado casi ocho veces, pero Momo ni una vez a pesar de ser reconocida, nunca lo ha representado.

 Mina ya había actuado casi ocho veces, pero Momo ni una vez a pesar de ser reconocida, nunca lo ha representado

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Hola. Lamento actualizar tan tarde.

-Anónima.

❝ La geisha.❞ | ❥๑ Michaeng.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora