❝ La geisha.❞ | ❥๑ Michaeng.

60

Mina yacía sentada al lado de una coreana inconsciente. La japonesa se negó a dejarla sola, tuvo que rogarle un poco a su padre Kaori para que la dejara quedar, puesto que a pesar de todo, la nipona también estaba cansada, abatida por todo lo que tuvo que pasar. La angustia, el desgaste emocional y físico, lo necesitaba. Pero no, ahí estaba, cuando Chaeyoung abrió sus ojos suavemente. 

Kaori se acercó rápidamente a atenderla, y despertó a Mina de paso, para que pudiese saludarla. La japonesa, olvidando todo, se acercó. La coreana intentó sentarse pero un agudo dolor de cabeza la atacó. 

— Ugh... Mi cabeza.— apretó sus manos intentando bajar aquel molesto dolor. Después de unos cinco segundos dejó que sus sentidos se activaran normalmente, y su dolor bajó. La nipona se acercó y la miró con paciencia, sabía que debía darle su espacio para que se dejara recuperar sola. — ¡Mina! — cuando la menor conectó sus ojos, la abrazó con fuerza, poco le importó como latía su cabeza, inclusive pudo sentir como disminuía. 

— ¿Cómo te sientes, Chae? — Mina repuso su tono de forma sosiega. Acarició la espalda de la chica, sintió como empezaba a dar pequeños temblores, su Chaeyoung estaba llorando. Al darse cuenta de eso, la miró mientras bajaba la cabeza, tomó entre sus dos manos la carita de la pequeña coreana y besó sus dos retoños. Le sonrió y dejó un pequeño besito en sus labios, de la forma más inocente que existe. Chaeyoung reaccionó mientras miraba rápidamente a Kaori. 

— M-Mina... É-Él...

Kaori estaba sonrojado, mientras sonreía de una manera dulce. A pesar de todo lo que dijo, aún tenía un poco de recelo ante las parejas homosexuales, sin embargo al ver lo puro que era, más fijando a su hija de una manera tan indulgente con la joven Geisha coreana, no pudo sentirse feliz, ver una sonrisa tan inocente al estar con Chaengyoui para Kaori fue muy lindo. 

Casi la imaginó como si fuera una niña pequeña, la cual es feliz. Le dolió un poco su corazón, nunca la vio sonreír de niña y Kaori dudaba que realmente haya sonreído en su infancia. Suspiró y se acercó mientras arrugaba el cejo de forma falsa, quería ver la reacción de la pareja de su hija. Mina lo notó y se río mientras se sentaba al lado de la coreana. Chaeyoung se veía confundida, sin embargo no dijo nada, lo ignoró cuando el miedo entró en su sistema. 

— ¡S-Señor Kaori! Fue... esto, no sé qué decirle, pero no hemos hecho nada malo.— dijo mientras su corazón se aceleraba. Mina la tomó de la mano y antes de que la coreana desfalleciera, habló:

— Tranquila, Chaeng... Kaori sabe, él no le importa.— acarició su pelo con suavidad. Por un momento a la menor le dieron ganas de sollozar, y cuando supo eso, le dio enojo y algo de risa. Por lo que su gesto se quedó seria, dos segundos y sus comisuras se extendieron hacia abajo mientras sus ojos se cristalizaban. Sacó una pequeña carcajada mientras con su pecho eufórico, y mezcla de emociones, empezaba a llorar. Mina se alertó y rápidamente la consoló. Kaori rápidamente se acercó alterado.