Casualidad

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Es sábado y hoy amanecí con ganas de ir al cine, hace mucho tiempo que no voy. Tomé una ducha, me vestí con ropa cómoda y desayuné.

D. Aló, buenos días Gabriel, necesito que me pase a buscar a mi departamento en 1 hora, lo estaré esperando.

Beatriz quería hacer algo diferente el día de hoy, no quería estar todo el día en su casa escuchando tango con su padre, así que se levantó, duchó y luego se vistió con unos jeans pitillos, una polera blanca simple y una chaqueta de cuero color palo rosa, le dijo a su padre que debía juntarse a conversar con Doña Catalina, así que llegaría en la tarde para que no la esperaran. Se fue de su casa y tomó un taxi.

B. Buenos días, le dijo al taxista, voy al centro comercial por favor.

Mientras viajaba por la ciudad pensaba en lo mal que se sentía al mentirle a su padre, pero realmente necesitaba estar un momento sola, necesitaba un tiempo para ella sin tener que darle explicaciones a nadie. Al llegar comenzó a recorrer las tiendas, a probarse ropa y accesorios, sin darse cuenta estaba disfrutando de una actividad que hasta hace unas semanas le parecía un fastidio, recorrió todo el centro comercial hasta que llegó al cine, se dispuso a entrar, era la primera vez que pisaba uno, compró un boleto para ver El Resplandor, pelicula que siempre quiso ver pero su padre se lo prohibía.

Por otro lado, Daniel fue directamente al cine y al ver que había un ciclo de reestreno de películas durante un mes no dudó en comprar una entrada para ver una de sus películas favoritas.

Se sentó al medio de la sala de cine, comenzó a comer sus palomitas mientras esperaba que comenzara la película, de pronto vió algo que llamó su atención, era ella, era Betty que estaba entrando a la sala, se sentó en la fila de adelante de la que estaba él, ofreciéndole una vista privilegiada de todo lo que hacía.

La película comenzó, yo estaba fascinada con la experiencia, a ratos me asustaba con los sonidos tan fuertes, pero me gustó mucho.

No vi nada de la película, estaba embelesado mirando a Betty, ella no notó que yo la estaba viendo, me hacía mucha gracia ver como cubría su rostro con ambas manos cuando algo le asustaba o como abría sus bellos ojos al estar expectante de lo que sucedía, me gustaba su cara de concentración, no sé que me pasa necesito hablarle.

La película acabó y me paré para salir de la sala, cuando estaba saliendo choqué con un hombre, le pedí perdón pero cuando me di cuenta era Daniel Valencia.

D. Betty está bien? Disculpe, no fue mi intención chocar con usted, le dije mientras intentaba sostener su mano para que no cayera.

B. Dr. Valencia?

D. Betty no es necesario que aquí en el cine me siga llamando Dr, me puede decir Daniel cuando estemos fuera de la empresa.

B. De acuerdo, jajaja no esperaba encontrarlo aquí Daniel.

D. Yo tampoco, no sabía que le gustaban este tipo de películas.

B. La verdad es la primera vez que vengo al cine y sí, me gustó mucho, creo que comenzaré a venir más a menudo.

D. Betty le parece si la invito a comer? Si usted quiere claro.

B. Mmm sí, por qué no, me imagino que debe tener hambre, por lo que veo ni siquiera tocó sus palomitas jajaja.

Daniel no lo había notado, pero como estaba tan concentrado mirándola durante la película olvidó comer sus palomitas por lo que aún tenía el balde lleno.

D. Si, dijo haciendo una leve sonrisa, es que estaba tan concentrado en lo que estaba viendo que ni me acordé, le dijo mirándola fijamente, haciendo que ella se pusiera un poco nerviosa.

B. Bueno, y qué vamos a comer?

D. No lo se, a usted qué se le antoja?

B. Mmm, hay un lugar aquí cerca al que me gustaría invitarlo, pero le digo desde ya que no es algo lujoso, para nada, le interesa? Le dijo ella ofreciéndole su mano para guiarlo.

Siempre te quise Donde viven las historias. Descúbrelo ahora