Siempre te quise

Enamorada

Betty salió con Eduardo al supermercado, faltaban algunas cosas en la despensa de Daniel, así que aprovecho el día para salir con el pequeño.

Mientras caminaba por uno de los pasillos vio a Armando al final de este, así que rápidamente giró su carrito para que él no la viera, pero fue demasiado tarde.

Beatriz!, gritó Armando, haciendo que la economista parara en seco al oír su nombre.

Él se acercó rápidamente.

A. Hola Betty, cómo esta?, dijo mirando al niño sin darle mayor importancia.

B. Muy bien y usted? Dijo ella avanzando sin rumbo.

A. Bien, le mintió... hay algo que quisiera hablar con usted... me acepta un café?

B. No lo sé, yo... no tengo tanto tiempo y como ve estoy un poco ocupada, dijo sonriendole al pequeño.

Armando vio la escena y le causó ternura, se imaginó por un milisegundo que eran su familia, pero rápidamente volvió a la realidad.

A. Solo serán 10 minutos, y... si usted así lo desea serán los últimos 10 minutos que compartiremos.

B. Esta bien, deje terminar de hacer la compra.

A. Le molesta si la acompaño?

B. No doctor, claro que me puede acompañar.

Caminaron un poco en silencio mientras Betty buscaba pañales y cosas de bebe.

A. Y... este pequeño tan guapo?

B. Es mi nueva razón de vivir... no es así mi amor? Quien es el bebe más lindo? Decía mientras el pequeño acercaba sus manos queriendo tomar su rostro.

Él solo la miro con cara de confusión.

B. Es mi hijo, o mi futuro hijo... pero es una historia muy larga de contar y no contamos con tanto tiempo dijo mientras saludaba a la cajera para comenzar a pagar.

Salieron del supermercado y se sentaron en la terraza de una cafetería, hicieron su pedido y se dispusieron a hablar.

B. Bueno doctor, lo escucho.

A. Betty yo... quería pedirle perdón, yo...

Armando, lo interrumpió la economista, yo lo perdonéhace mucho tiempo, es más yo lo perdoné antes de regresar y no le guardo ni el más mínimo rencor.

A. Yo se Betty que su generosidad es infinita, pero dios! Le hice tanto daño Betty, que no me perdono el haberle generado tanto sufrimiento, yo me doy cuenta que usted ya superó todo lo que sentía por mí, se le nota... es como si irradiara felicidad al igual que Daniel y me encantaría decirle que me alegro por ustedes pero ya no quiero mentir... así que...

B. Armando, tienes que intentar superarlo, yo se que es difícil, pero se puede. Alguien me dijo en un momento que el corazón no se puede dormir.

A. Sabes, estoy saliendo con una chica, estoy intentando dar vuelta la página, pero no es tan simple como parece.

B. Lo sé, pero date una oportunidad, como sabes termina siendo quien te enseñe a amar, es tan lindo amar Armando no te imaginas lo hermoso que se siente.

A. Claro que se como se siente, eso me lo enseñaste tú, dijo tomando su mano, ante lo cual ella reaccionó quitándola disimuladamente.

B. Bueno Armando ya es hora de irme, te deseo lo mejor con tu novia, como me dijiste que se llama?

A. Verónica... Verónica Murillo.

B. Bueno, quizás algún día nos lleguemos a conocer dijo mientras se despedía.

Betty se fue muy contenta, pudo observar que Armando había madurado y eso le daba una especie de tranquilidad.

Llego a la casa de Daniel y se dispuso a ordenar las compras, en eso estaba cuando escucho esa voz masculina que le hacia erizar la piel y le desbocaba el corazón.

D. Dónde esta la mujer más maravillosa de la galaxia?

B. Aquí estoy amor, dijo ella saltando a sus brazos y enrollando sus piernas en las caderas de Daniel.

D. Jajajja amor tanto entusiasmo, me encantó el recibimiento, dijo depositando un lento y apasionado beso.

Ella lo mira con una sonrisa amplia y unos ojos con un brillo imposible de no admirar.

D. Eres malditamente hermosa, te lo había dicho?

B. No desde esta mañana.

D. Pasó algo? Te noto un poco eufórica.

B. Estoy feliz.

D. A sí? Y a que se debe tanta felicidad.

B. Es que hoy me encontré con Armando y...

D. Perdón?... no sabía que ver a ese te producía tanta felicidad... si quieres ponemos su foto en el velador para que despiertes feliz todos los días, dijo molesto.

Betty no le tomó importancia y comenzó a olfatear su ropa.

B. Amor qué es ese olor?

D. Que olor? Dijo él oliendo su chaqueta.

B. Huele como a... cómo a celos jakjakajk.

D. No pues, la chistosa le dicen a usted señorita Pinzón.

B. Ya amor, deja que te explique si? Descubrí algo importante.

D. Que descubrió la doctora?

B. Descubrí en el fondo de mi corazón que aún quiero a Armando, dijo mientras veía cada vez más serio a Daniel... ya que él y todo lo que vivimos me condujo de una forma u otra hasta ti, él fue el puente que me permitió llegar a tu amor... te amo mi vida como jamás ame a nadie dijo dandole un beso como jamás, le transmitió todo lo que sentía por él mediante ese beso. Te amo, no me canso de decirlo, ya no imagino mi vida sin ti, sin tus besos, sin tu dulzura que creo que solo es para mí, te amo tanto tanto que con tu voz, con tu perfume o con tu recuerdo siento que el corazón se me sale del pecho, te amo tanto tanto que si algún día me llegas a dejar seria capaz de perder la cordura.

D. Te amo amor mio, tu fuiste la cura a todos mis males, eres mi medicina, te amo tanto tanto que tu aliento es mi oxígeno, eres mi todo y necesito tenerte a mi lado para siempre.

D. Ven, acompáñame...

Daniel la llevo de la mano hasta su cuarto, abrió su caja fuerte y sacó una caja de joyas la abrió y sacó la joya más valiosa de todas, se arrodillo y le dijo:

D. Beatriz Aurora Pinzón Solano te canarias conmigo?

Betty no pudo contener las lágrimas y sólo atinó a mover la cabeza diciendo que sí,  quitó las manos de su rostro y le paso la mano temblando mientras él ponía el anillo que quedó perfecto en su mano, como si hubiese estado destinado a ser usado solo por ella.

B. Amor, no lo puedo creer... cuando compraste este anillo, hace cuanto lo tenias guardado ahí?

D. Este anillo Betty... era de mi madre, el día del accidente lo encontré en el baño... me pareció extraño, ella nunca se lo quitaba, pero ese día lo dejo ahí, yo lo tomé y lo mantengo conmigo desde aquel día, siempre lo llevo conmigo en días importantes, es más el día que te pedí perdón lo traía en el bolsillo, de cierta forma me calma y ese día estaba realmente nervioso... es como mi amuleto o algo así y ahora quiero que lo tengas tú, tu mi amor lo mereces más que nadie.