CAPÍTULO 33

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Blair Beckham

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Blair Beckham


Desperté en el sofá de mi casa, con mi madre y demás personas mirándome como si fuera un espécimen. En cuanto me incorpore del sillón, mi madre se acercó y me tendió un vaso de agua. Le tomé muy poco y lo deje en  la mesa del centro.

—Te desmayaste —dijo.
Trate de articular una palabra, pero mi voz es inaudible.

—Quedaste afónica. Lewis me dijo cuanto gritaste. Si quieres decir algo tendrás que escribirlo. Aquí está tu teléfono —estiro su brazo hasta mí y lo tomé.

Prendí el teléfono y en la pantalla principal aparece un mensaje nuevo. En cuanto leí la previsualización del mensaje, me derrumbé de nuevo y aventé el teléfono al otro sofá. Comencé a llorar y llorar. Un nudo muy grande quema mi garganta, no puedo gritar por más que quiera. El mensaje ya lleva más de tres horas estando ahí, maldita sea. Si no me hubiera quedado dormida, hubiera leído el mensaje y poder evitar lo que hizo Evan. No puedo sentirme peor. Si me hubieras dado más tiempo, un poco más de tiempo, Evan. Soy una idiota por no revisar la maldita notificación cuando llegó. Siento una gran impotencia porque no hice nada y pude hacerlo. ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Me odio!

En un acto rápido me levanté de mi lugar y salí corriendo de la casa hasta la avenida cerca de mi casa, me tiré en medio de esta y traté de gritar su nombre, pero no podía y aunque sé que no regresaría. Comencé a darle de puñetazos al pavimento, pero no lo hice por mucho tiempo porque mis manos están sensibles. En ese momento todos los recuerdos vinieron a mi cabeza presentándose como una película, desde la vez que hablamos por primera vez, cuando fuimos a comer pizza, los recuerdos en el lago, cuando me llevo a su sitio favorito y me dijo cuánto me amaba, la vez que nos besamos por primera vez, las veces que mis manos se rozaron con las de él hasta unirse. Entré en un estado de shock que ni siquiera me importó que los carros que pasaban a mí alrededor pudieran dañarme. Quería que te quedaras para siempre, ahora entiendo por qué nunca me lo prometiste. ¿Por qué dejaste que te amará hasta los huesos para que después me abandonaras?

Sentí los brazos de alguien levantándome de la carretera, es Sky. No puedo articular ni una sola palabra, además de que no tengo voz, sigo en shock y con la mente nublada.

—Blair —escuchaba como me llamaba, pero no podía reaccionar—, Blair —volteé para mirarlo, pero sin decir nada— ¿Estás bien? —solo pude negar con la cabeza.

No, no estoy bien y no sé si pueda volverlo a estar. Mi mundo se derrumbó junto con el de él, se lo llevó. Se llevó una parte de mí que no regresará. Y aunque esto es lo más difícil que he vivido en toda mi desgraciada vida, el entierro me matara por completo. No estoy lista para verlo ahí. No estoy lista para nada.

No imagino todo el dolor por el que estaba pasando para cometer algo así, lo disimulaba muy bien. Dio bastantes señales y no las escuché. Por fin lo lograste después de dos y casi tres intentos. ¿Ya eres feliz?

A las estrellas | Sin corregirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora