12.-

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Morgana despertó al sentir unos insistentes golpes en la puerta de su habitación. Se revolvió en la cama y hundió la cabeza en su almohada, sin intención alguna de levantarse.

- ¿Morgana? - al hada le pareció identificar la voz de Terra, y no hizo más que fruncir el ceño - ¿Estás despierta?

- Deberías levantarte - susurró Silva, que también se había despertado debido al ruido.

- O podrías ir tú.

- No es mi habitación.

- Mierda - suspiró la morena mientras salía de la cama soltando maldiciones. Recorrió el suelo con la mirada y cogió la primera prenda de ropa que vio para tapar su desnudez, sin ser consciente de que se trataba de la camiseta de Silva.

Caminó descalza hasta la puerta y la abrió para encontrarse con una Terra que, de pronto, pareció muy avergonzada.

- ¿Te he despertado? - preguntó con timidez - Lo siento muchísimo. Farah me ha pedido que venga a llamarte, no sabía que...

La ansiedad empezó a salir por todos los poros de la piel del hada, y Morgana se vio obligada a tranquilizarla.

- No pasa nada, Terra - sonrió con amabilidad - Dile a Farah que iré enseguida.

- De acuerdo - el hada de la tierra se despidió con una rápida inclinación de cabeza antes de desaparecer lejos de la mirada de Morgana, que cerró la puerta, dejando su espalda apoyada sobre la misma.

Soltó un profundo suspiro antes de volver a caminar hacia la cama, donde se encontró con que Silva todavía seguía metido entre las sábanas. Con un rápido movimiento de muñeca las sábanas dejaron el cuerpo desnudo del hombre al descubierto, y este no tardó en protestar.

- Si yo no puedo seguir en la cama, tú tampoco - le advirtió la morena con una divertida sonrisa - Además, me parece que se nos ha hecho tarde - susurró mientras señalaba el reloj que marcaba las ocho y media de la mañana.

- Podemos pedirnos el día libre - comentó maliciosamente mientras volvía a cubrir su cuerpo con las mantas.

- Estaría bien - coincidió la morena, que se había vuelto a desprender de la camiseta - Pero no se puede.

Silva admiró durante unos segundos sus movimientos delicados pero rápidos, antes de ver como la chica caminaba lejos de él.

- ¿A dónde vas? - le preguntó mientras se incorporaba levemente sobre la cama.

- A darme una ducha - respondió ella antes de asomar su cabeza por la esquina de la habitación - ¿Vienes? - el tono coqueto que empleó fue más que suficiente para que el especialista fuera tras ella.

Le daba igual llegar tarde. Le daba igual la probable reprimenda que les caería por parte de Farah. Silva tenía que claro que no iba a desperdiciar ni un segundo más que pudiera compartir con esa morena.

El hada se permitió perder un poco más de tiempo bajo el chorro de agua caliente. Le resultaba relajante el modo en el que su piel protestaba ante el calor, como se enrojecía tras varios minutos así.

Protestó cuando Silva cerró el grifo y la obligó a salir, pero se dejó envolver por la talla, que vino comparada de los brazos del hombre, que la abrazaron con fuerza mientras este apoyaba la cabeza en su hombro. Se miraron a través del espejo durante un largo rato, hasta que el vapor que se había formado a su alrededor, desapareció.

- Farah debería tener el valor de ser ella quien viniera a llamarme - protestó la morena mientras salía del baño para vestirse - No enviar a una pobre chica con ansiedad social - añadió, haciendo referencia a Terra.

Morgana [Saul Silva]Where stories live. Discover now