HABIT ↻ liam dunbar

𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝗲𝗲𝗻 ; 𝗱𝗲𝗽𝗿𝗲𝘀𝘀𝗶𝗼𝗻 𝗳𝗼𝗿 𝗭𝗮𝗰𝗸.

—two months later—.

JULLS.

Habían pasado dos meses desde los sucesos con los jinetes fantasmas.

Nadie había atacado Beacon Hills o intentado matarnos, pero lo que había aprendido aquí, es que había como un tipo de balance. Donde la cosas son buenas por algunos meses pero luego todo cambia, y las cosas se ponen difíciles.

Sabía que en cualquier momento la balanza se pondría del peor lado, solo era cuestión de como y cuando.

Por otro lado estos habían sido meses interesantes;

La mayoría del tiempo me la pasé en la escuela de verano junto a Malia, el cual, ambas logramos terminar y pasar de año. Así que, Malia se graduó y yo iré a último año.

Les debía las gracias a Mason y Corey por ayudarme bastante, ya que Liam lo único que hacía era hacer chistes mientras me ayudaban a estudiar.

También fueron meses en donde tuve varias conversaciones con Scott;

En donde él me ofrecía que me uniera a la manada de una vez por todas, pero lo único que podía responder era que todo a su momento; que pronto llegaría el momento en donde merecere entrar a ella.

Mientras que Liam y yo, bueno las cosas entre nosotros marchaban bien.

De verdad que Liam me gustaba mucho. Solamente tenía que mirarlo para sentir esa inexplicable sensación.

Pero sin embargo, no éramos novios, solamente "mejores amigos" que cuando no aguantan la tensión entre ambos se terminan besando.

Aunque solo hayan sido un par de veces.

En pocas palabras amigos no somos, pero a la vez novios tampoco.

En fin, mejores amigos con derecho.

***

Hoy era el último día del verano, y para variar, estábamos en la escuela. Ya que hoy era la primera práctica de lacrosse de la temporada.

Desde que llegué a Beacon Hills, siempre había jugado lacrosse. Lacrosse fue por una de las principales cosas por las que acepté venir aquí con Theo.

La verdad es que era bastante buena jugándolo. Había jugado cuatro temporadas con éste equipo, y estuve practicando con Liam en el verano. Era hora de volver en acción al campo.

Pero sin embargo teníamos un problema:

La depresión de Liam.

El rubio tenía un perrito, el cual murió hace dos días y Liam no dejaba de recordarselo a cada segundo.

—No creo poder hacerlo, –dijo mientras estaba acostado en una de las bancas.

Corey y yo lo levantamos mientras le ayudábamos a ponerse el equipo de lacrosse.

—Sí, sí puedes has hecho cosas peores

—No soy nada sin él, –se volvió a lamentar.

—Liam, él estaba sufriendo, está en un mejor un lugar, –traté de animarlo.

—Se fue al cielo, un mejor lugar donde no sufrirá, –me apoyó Mason mientras tomaba su teléfono, —Scott dice que el entrenador está como loco

—Scott también se irá

—Pero a diferencia Scott no se irá al cielo, se irá a la universidad