𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝘆 ; 𝗲𝗽𝗶𝗹𝗼𝗴𝘂𝗲.

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JULLS.

Todo cambió.

Definitivamente todo.

Después de toda nuestra vida escondiendo lo que éramos, aquí estábamos, con la mayoría del pueblo conociendo nuestro secreto.

Recordaba cuando asistía a mi antigua escuela y tenía que fingir frente a todos que era normal, que de la nada no podía hacer caer un rayo o que literalmente me encendía en rayos. Amaba hacer caer rayos y asustar a los demás por lo inesperado que había sido, si hubieran visto sus rostros cuando pasaba, entenderían por qué lo hacía todo el tiempo.

De alguna forma, el pueblo, la manada y las personas volvió a la normalidad, sin el anuk-ite atormentado el miedo de los demás, lograron entender que no era necesario tenernos miedo y cazarnos por ello, ahora muchas estaban de nuestro lado. Y eso era lo que más me alegraba. Después de estarnos escondiendo, simular que no teníamos que ver con los asesinatos, bestias y todo eso caos que se avecinó a Beacon Hills, podíamos tener una vida que alguien normal, definitivamente viviría. Como por ejemplo: asistir a la secundaria.

El agudo y aveces ensordecedor sonido del timbre hizo que sacara la vista del libro de matemáticas que me encontraba subrayando. Con a la velocidad de Rayo McQueen tomé mis cosas y las guardé en mi mochila para luego salir del salón.

Entré al vestidor de mujeres y enseguida comencé con cambiar mi ropa a una más cómoda para el entrenamiento de lacrosse que teníamos. Terminé de atar mis zapatos y me aseguré de tener los equipos necesarios para así ir a los vestidores donde los demás se encontraban junto al coach. La mayoría de los chicos ya estaban saliendo en fila mientras hablaban hacia el campo, por lo que aproveché para entrar sin problema alguno y así no invadir privacidad.

Nolan y Liam estaban frente al entrenador, ya seguramente esperándome, ahora que todo se aclaró, Liam tenía su puesto de capitán de regreso, pero, queríamos también cambios para el equipo y, entre los tres, teníamos una gran propuesta para el coach, que en mi cabeza cuando la planeamos sonaba bastante bien.
—¿Co-capitanes?, ¿ustedes quieren ser Co-capitanes?, –literalmente se burló el mayor mientras soltaba una risa sarcástica, esperando a que en algún momento le dijéramos que era broma.

—Supimos arreglar nuestras diferencias, somos amigos ahora, –contestó Nolan sonriente. Él coach frunció el ceño al ver que era en serio

—¿Y tú qué quieres ser?, –me miró, intentando analizar lo que le estábamos proponiendo.

Hice una mueca con mis labios y me encogí de hombros, —¿Tercera Co-capitana?

—Ese puesto no existe, –negó frunciendo aún más el ceño y moviendo sus manos la aire.

—Lo sé, pero nunca es mal momento para crear cosas nuevas, –sonreí "tiernamente" intentando conversarlo.

—Esto no me suena nada competitivo, ¿quién les enseñó esa basura?

—Usted, –respondió Liam y el coach lo miró "ofendido", —Porque que es un gran coach.

Esbozó una pequeña sonrisa de lado y palmeo un hombro del mayor, nos hizo una seña a mi y a Nolan y enseguida salimos de los vestidores para así ir al campo.

—Es cierto, soy un gran coach.

Los tres caminamos por los pasillos hasta llegar al campo. Nolan fue con otros chicos que ya se encontraban en el campo junto a Liam. Faltaban unos minutos para que iniciara el entrenamiento, por lo que tomé asiento en una de las bancas y tomé mi mochila en donde llevaba todo lo que necesitaba para los entrenamientos y saqué el libro que estaba leyendo en esos momentos.

HABIT ↻ liam dunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora