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___________________________________ 03/03/21
Caminabas tranquilamente, sin tener prisa, no te importaba llegar tarde era algo común en ti.
Diste vuelta a la derecha para seguir recto y entrar ala puerta del final, al ingresar a esta te encontraste con los chicos del inarizaki. Todos entrenando, menos una persona en especial, Suna rintarou.
A ese chico le daba igual todo, como a ti. Tu novio y tú eran tan iguales.
Al acercarte te sentaste a su lado, Suna de inmediato se recostó y puso su cabeza en tus piernas, empezaste a acariciar su suave cabello.
"Llegas tarde.."
"si unas personas me pidieron algo, nada interesante" Tus dedos se perdían en su sedoso cabello.
Vieron como los miya se aproximaban.
"¡hola chicos!" Saludo Atsumu, con esa energía tan energética.
"Hola" Y Osamu siendo Osamu.
"hola cosa 1, hola cosa 2" saludaste amistosamente.
"¡T/n! Yo soy el número uno, Osamu es el dos!" Te reclamó, pues siempre le decías que el era el segundo, solo para joderlo.
"Bueno para mí Samu es el primero" Respondiste, aguantando la carcajada que quiso salir con la cara que puso.
"¡Eres muy mala!" Fingió llorar.
"Sisi lo que digas teñido" restaste importancia a su drama.
Suna te miraba aún recostado en tus piernas, apreciando cada detalle de tu rostro, se volteó quedando su rostro entre tus muslos, queriendo ignorar a los gemelos.
. . .
Suna miraba como te encontrabas recostada boca bajo, leyendo un libro, al parecer muy interesante pues no despegabas la mirada ni un momento. Recorrió su mirada hasta tus piernas, sonrojandose hasta las orejas, maldita sea su camisa del equipo te queda tan bien.
Se acercó a ti y puso su cabeza en tu espalda baja, recostandose, abrazo tu cuerpo e inalo tu aroma, cereza, siempre tenías un suave olor a cereza muy agradable.
Dejaste de lado el libro y te volteaste abrazándolo, suna escondío su rostro en medio de tus pechos, mientras te miraba directo a los ojos.
Sonreiste y te devolvió una leve sonrisa.
"¿Ya te dije que lo bien que te queda mi camisa?.. susurró contra ti.
"todas mis camisas son tuyas... " Te apretó levemente.
Abrazaste su cadera con tus piernas y acercaste tu rostro al suyo, esos hermosos ojos aceituna tan hipnotizantes, tan hermosos, tan encantadores. Te acercaste mucho más a su rostro rozando sus narices.
